En estos tiempos de redes sociales, Twitter y TikTok, hablar de cartas suena antiguo, casi como un oficio en extinción. Sin embargo, Juan Domingo Perón supo utilizar la correspondencia epistolar como una herramienta clave para mantener el control y la unidad del peronismo durante sus 18 años de exilio.
La llamada correspondencia epistolar fue central para que el general mantuviera vivo el vínculo político y el sentimiento del pueblo hacia su figura, pese a que su nombre estaba prohibido y el peronismo proscripto. Fueron cientos de cartas dirigidas a dirigentes políticos, intelectuales, sindicalistas o simples vecinos de pueblos del interior.