El general Perón, ganada las elecciones del 24 de febrero de 1946, sabía que para mantener la soberanía política y la justicia social tenía que contar con un país económicamente independiente. Lo primero que hizo fue crear un Consejo Nacional de Post-Guerra para que preparara un estudio completo de la economía argentina. Allí se decidió una reforma financiera que implicó la nacionalización de los depósitos bancarios, convirtiendo al Banco Central en el único responsable del dinero argentino. A continuación, se nacionalizaron los servicios públicos: ferrocarriles, trasportes de Buenos Aires, gas, teléfonos, seguros y reaseguros, electricidad, comercialización y acopio de las cosechas, creación de una flota mercante y aérea.

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