El presidente Javier Milei no deja de repetir que en las próximas elecciones superará el 45% y que todo marcha “según el plan”. Pero la realidad es otra: la economía está paralizada, el consumo se derrumba y hasta la CAME reconoció que las ventas del Día del Niño fueron un fracaso, a pesar de los descuentos desesperados del comercio.
El Milei de los gritos y la motosierra dice que va a arrasar, pero la historia muestra que no siempre gana el que más alardea. Ayer mismo, en Bolivia, el candidato que prometía una victoria aplastante terminó tercero y se quedó afuera del balotaje.
En la Argentina, el último sondeo de Zuban Córdoba marca que el aire triunfalista de Milei se pincha: el 50,1% de los argentinos no lo votaría para la reelección, contra apenas un 37,9% que lo apoya.
Los números son claros: la mayoría desaprueba su gestión (51,8%) y rechaza su política económica (56,1%), que solo una minoría defiende.
En la provincia de Buenos Aires, donde Milei asegura que arrasará, el estudio refleja otra cosa: empate técnico entre el peronismo (38,6%) y los libertarios (37,9%) de cara al 7 de septiembre.
Y a nivel nacional, el panorama es el mismo: La Libertad Avanza con 38,6% y Fuerza Patria con 37,9% rumbo al 26 de octubre.
El relevamiento, realizado entre el 8 y el 11 de agosto con 2.000 casos y un margen de error de ±2,19%, muestra un escenario abierto.
Lejos de los gritos de Milei, el peronismo avanza con unidad y organización. Porque mientras el presidente reparte insultos y promesas vacías, la gente ya decidió: el ajuste no se vota dos veces.