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7 octubre, 2025
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Con jubilaciones y salarios de hambre: ¿De qué se ríe, señor presidente?

En 1972, la querida Nacha Guevara interpretaba “(Seré curioso) ¿De qué se ríe?”, un poema de Mario Benedetti, un canto contra la injusticia, la corrupción y la indiferencia de los poderosos frente a los humildes.

Decía:

“Seré curiosa, señor ministro —cambiemos por presidente—, ¿de qué se ríe?

Ustedes, duros con nuestra gente, ¿por qué con otros son tan serviles?

¿De qué se ríe?… Aquí en la calle sus guardias matan,

y los que mueren son gente humilde…

Después de todo, usted es el palo mayor de un barco que se va a pique.

Por eso digo, señor presidente: ¿de qué se ríe? ¿de qué se ríe?”

Hoy, con un país en crisis, con salarios y jubilaciones de hambre, con cierres de fábricas, hospitales colapsados, universidades sin presupuesto y comedores vacíos, el presidente eligió sonreír.

Mientras el ministro de Economía implora otro salvataje a los Estados Unidos y un candidato oficialista es investigado por narcotráfico, Javier Milei decidió montar un show en el Movistar Arena, donde cantó ocho temas antes de presentar su libro “Cómo construir un milagro”.

Acompañado por los hermanos Benegas Lynch, su biógrafo y la diputada cosplayer Lilia Lemoine como corista improvisada, el presidente entonó —muy mal, digamos— canciones de Charly García, Ratones Paranoicos, Gilda, Sandro y Nino Bravo, e incluso se animó con Hava Naguila, una tradicional melodía judía.

Todo fue un espectáculo bochornoso, aunque Milei, entre luces y aplausos pagos, creyó por un rato ser un verdadero rockstar libertario.

En el mano a mano con su vocero Manuel Adorni, volvió a su libreto: “Les estamos ganando”, dijo, y remató que “la izquierda no soporta el debate”. Olvidó aclarar, claro, que solo habla con periodistas amigos de TN, A24 y LN+.

Repitió las mentiras de siempre: que la inflación se estabilizará en un 30%, que “el año que viene se termina la inflación en la Argentina”, que “12 millones de argentinos dejaron de ser pobres” y que “6 millones que antes no comían hoy sí comen”. “Vamos por el sendero correcto, estamos a mitad de camino, no aflojen”, arengó.

Solo relato.

Por último, anunció que después de las elecciones impulsará una reforma tributaria —para que paguen menos los ricos— y una reforma laboral que, aunque no lo dijo, buscará quitar derechos a los trabajadores.

En las plateas, lo aplaudían sus ministros, una Karina Milei emocionada (aunque nadie le cantó “Alta coimera, Karina alta coimera”), su ex pareja Yuyito González y hasta Alfa de Gran Hermano.

Un elenco digno de su propio reality político.

Mientras la mitad del país no llega a fin de mes, Milei canta sobre milagros. Mientras los jubilados eligen entre comer o comprar remedios, él juega a ser estrella de rock. Y mientras los argentinos siguen esperando respuestas, el presidente sonríe frente al espejo del poder.

Como preguntaba Benedetti —y Nacha Guevara lo cantó con el alma—: ¿De qué se ríe, señor presidente?

 

 

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