El presidente Javier Milei agradeció hasta las lágrimas que “el Estado”, en este caso el Estado norteamericano, haya salvado a su gobierno del colapso económico de las últimas semanas.
Fue después de que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, reconociera públicamente que Washington intervino en el mercado local comprando pesos argentinos para contener la suba del dólar. Una maniobra inédita que, según analistas, equivale a admitir que la economía argentina está bajo supervisión norteamericana.
Antes de su próximo encuentro con Donald Trump, Milei fue más allá: anunció que, en caso de ganar las elecciones de octubre, impulsará una reforma laboral destinada a “adaptar los convenios colectivos a la realidad productiva actual”.
En los hechos, se trata de un plan de flexibilización que implicará menos derechos, menos poder sindical y más precarización laboral. Una agenda que entusiasma a los empresarios y que Washington observa con beneplácito.
El mandatario republicano no oculta sus intereses. Según trascendió, Trump pretende que empresas estadounidenses se encarguen de la extracción y enriquecimiento de uranio, el refinamiento de litio y la explotación de minerales raros.
También busca reemplazar la presencia china en sectores estratégicos, especialmente en tecnología, telecomunicaciones y energía. En ese marco, crecen las dudas sobre cómo reaccionará el grupo Clarín, dado que Héctor Magnetto había apostado al desarrollo de redes 5G con tecnología china, por ser más económica y eficiente. Con el nuevo alineamiento, ese proyecto podría quedar en jaque.
Mientras Milei sueña con dólares y bendiciones de Washington, la realidad política y judicial le sigue jugando en contra.
El fiscal federal Ramiro González propuso a la Cámara Nacional Electoral confirmar la decisión de primera instancia y establecer que Karen Reichardt encabece la lista de diputados nacionales de La Libertad Avanza (LLA) por la provincia de Buenos Aires, tras la renuncia de José Luis Espert.
En su dictamen, González consideró que se trata de un caso “singular, sin antecedentes aplicables por analogía”. Explicó que, según el Código Electoral, ante la renuncia del primer candidato varón, el reemplazo debe realizarse por corrimiento de la lista, lo que garantiza el cumplimiento de la ley de paridad de género sin necesidad de incorporar otro hombre.
Sin embargo, La Libertad Avanza apeló la decisión ante la Cámara Nacional Electoral, insistiendo en su pedido de reimpresión de boletas tras la salida de Espert, involucrado en una causa por vínculos con el narcotráfico y lavado de dinero.
En un escrito de 14 páginas, los apoderados del espacio argumentaron que la reimpresión era “técnicamente posible y presupuestariamente viable” si se resolvía de manera urgente.
Pero los plazos electorales son ajustados, y todo indica que será imposible imprimir nuevas boletas a tiempo. La decisión final se conocerá entre el lunes y el martes.
A los problemas políticos se suman los frentes judiciales que acorralan al gobierno. En Buenos Aires, sigue la investigación por la criptomoneda $LIBRA, presuntamente utilizada para canalizar aportes irregulares de campaña. También avanzan las causas por los audios de Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), quien denunció una red de sobornos que involucraría a Karina Milei, hermana del presidente, y al asesor Eduardo “Lule” Menem.
Con todo esto, el clima en el oficialismo es de creciente tensión. Las encuestas muestran una caída sostenida de la imagen presidencial y un escenario electoral cada vez más adverso.
Milei viajó a Estados Unidos en busca de respaldo político y terminó confirmando lo que muchos temían: la entrega total de la soberanía económica y laboral.
Mientras promete “adaptar” los derechos de los trabajadores, el presidente se adapta, en realidad, a las exigencias de Trump y del Tesoro norteamericano.