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La Plata
14 octubre, 2025
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La sumisión perfecta: Milei pone la firma y entrega el país “llave en mano”

El presidente Javier Milei ya está en los Estados Unidos, decidido a entregar, llave en mano, el control económico y político de la Argentina a Donald Trump y al secretario del Tesoro, Scott Bessent.

La intención de ambos es clara: mantener con vida al gobierno libertario hasta el 26 de octubre para evitar un colapso prematuro y, una vez pasada la elección, aplicar una devaluación feroz que terminará hundiendo todavía más a los sectores asalariados y profundizando la recesión.

La comitiva oficial pasó la noche en la Blair House, la histórica residencia para jefes de Estado ubicada frente a la Casa Blanca, desde donde Milei solo deberá cruzar la calle para ser recibido por Trump a las 14 (hora argentina).

El simbolismo es tan evidente como brutal: la imagen de un presidente que viaja a rendir cuentas al poder que hoy sostiene artificialmente su gobierno.

Antes de viajar, Milei habló con su operador mediático Luis Majul para intentar calmar los mercados.

En esa entrevista, aseguró que “no se moverá un ápice” de su rumbo económico incluso si pierde las elecciones, porque cree que “está en la dirección correcta”.

Luego volvió a prometer un futuro imposible: que la Argentina “será España, Alemania o Estados Unidos” y que el país crecerá a tasas del 7 u 8%.

También prometió una “avalancha de inversiones” en minería, litio, oro, tierras raras, uranio, energía nuclear, petróleo, gas y agro, afirmando sin rubor que “nos van a salir los dólares por las orejas”.

Sin embargo, la realidad económica muestra lo contrario: los salarios se desploman, la inflación se acelera, las jubilaciones se licúan y cada día más pymes cierran sus puertas.

Más allá de los delirios presidenciales, el llamado “plan de salvataje” de Estados Unidos no traerá alivio a los trabajadores ni a los sectores productivos.

El esquema prevé un sostén financiero temporal y una fuerte devaluación posterior, lo que significará más precarización laboral, pérdida de poder adquisitivo y un salto inflacionario inevitable.

En la práctica, se trata de una nueva forma de tutela económica, donde la política argentina queda subordinada a los intereses geopolíticos de Washington.

Según un estudio reciente de Zuban Córdoba y Asociados, realizado entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre, la imagen de Milei sigue cayendo en picada:

  • 63,2% de imagen negativa,
  • 36% de positiva,
  • 0,8% sin opinión o no contesta.

Un mes antes, la imagen negativa era del 58,3%, lo que marca un deterioro sostenido de más de 5 puntos en apenas cuatro semanas.

La misma encuesta incluyó una pregunta sobre José Luis Espert, cuya imagen negativa trepa al 71,4%, contra apenas un 26,4% positiva.

Además, el 76,3% de los consultados considera que el escándalo judicial que involucra a Espert por presunto lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico impactará negativamente en el gobierno.

Mientras Trump y Bessent deciden el futuro económico del país desde Washington, en la Argentina crecen la bronca y el desencanto.

Milei viajó a buscar respaldo internacional, pero lo que consiguió fue la confirmación de su papel subordinado: un presidente que entrega el país “llave en mano” y se disfraza de libertario para ocultar su total dependencia del poder extranjero.

El saldo político ya está a la vista: caída en las encuestas, descontento social y una economía al borde del abismo.

 

 

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