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22 noviembre, 2024
PAÍS

Lo que viene en el peronismo: comprender el pasado para ver el futuro

Por Alfredo Silletta. La historia parece repetirse, con distintos actores, en el peronismo. Juan Domingo Perón durante su exilio perdió muchas veces el control del partido por grupos neoperonistas que negociaron con el poder, cansados de tanta lucha para que vuelva el general que estaba en el exilio.  Quizás el peor momento se dio a mediados de la década del sesenta, pero el viejo líder con su sabiduría apostó por la juventud y dividió el movimiento obrero para quitarle poder a Vandor, creando la CGT de los Argentinos. Nunca negocio con la derecha, y cuando Lanusse lo apretó dejándolo “afuera” de las elecciones de 1973 jugo la carta más dura con Héctor Cámpora, el hombre más cercano a las “formaciones especiales”.  Finalmente ganó en septiembre de 1973 con el 61% de los votos.

Con la derrota del peronismo en 1983, surgió de la mano de Antonio Cafiero lo que se conoció como la renovación. La ola “progresista” de Raúl Alfonsín llevó a que el peronismo tratara de ser un partido “aceptado” y de “buenos modales” para olvidar a los Saadi y los Lorenzo Miguel. Los renovadores se parecieron demasiado a los radicales de la coordinadora. Cafiero, De la Sota, Manzano y Grosso perdieron frente a Carlos Menem, un riojano con patillas que hablaba de “revolución productiva”, más allá que después hizo todo lo contrario en la presidencia, se presentaba como la oposición al alfonsinismo.

Luego de 10 años de menemismo, cuando el peronismo parecía convertirse en un partido conservador del sistema, apareció Néstor Kirchner para salvar al país y al peronismo. Con Néstor se salvó que el peronismo fuese un partido de derecha conservador. Con el kirchnerismo, de allí el odio del establishment, se actualizó la doctrina y comenzó el trasvasamiento generacional, sumando al nacionalismo y la cuestión social, la defensa de los derechos humanos y la democracia como valores a las banderas históricas que el peronismo siempre enarboló.

En el 2015 se perdieron las elecciones por dos puntos. Anoche Cristina Kirchner cayó derrotada por tres o cuatro puntos frente a una concentración de poder inédita compuesta por el Estado nacional y provincial, más el poder económico, los medios hegemónicos de comunicación y el partido judicial que la acosa desde hace dos años.  Contra todo eso y sin recursos económicos logró cerca de tres millones y medio de votos, creciendo en relación a las PASO. A esos votos de Unidad Ciudadana hay que sumarle triunfos de sectores del peronismo duro como Formosa, San Luis, La Pampa, Río Negro y Tierra del Fuego, más segundos lugares en Santa Fe, Salta, Chubut, Capital Federal, Neuquén y Santa Cruz y un tercer lugar en Chaco.

Frente a Cristina, fracaso como le sucedió a Cafiero, aquel peronismo que consideraba “terminada” a Cristina y hablaba de la etapa de “concertación” con Cambiemos.  Perdieron Juan Manuel Urtubey (Salta), De la Sota y Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Domingo Peppo (Chaco). El otro gran perdedor es Miguel Ángel Pichetto que comandaba el sector dialoguista con el gobierno y que consideraba que era el fin de “chavismo” cristinista.

A este pelotón dialoguista con Cambiemos hay que sumarle el magro resultado de Sergio Massa con el 11% de los votos (salió tercero en Tigre) y el 5% de Florencio Randazzo. Muy debilitado quedo el bloque que conduce Diego Bossio.

En el bunker de Arsenal, las conversaciones señalaban ayer que “con Cristina sola no alcanza, pero sin Cristina no ganan”, de allí que la ex presidenta dio un discurso claro y generoso hacia la oposición, especialmente peronista. “Las oposiciones firmes y claras han avanzado en todo el país, mientras que desde Unidad Ciudadana resistimos este modelo económico y social”, dijo Cristina e invitó “a privilegiar la unidad sobre las diferencias parciales”.

Han pasado apenas unas horas de las elecciones legislativas, pero una vez más el peronismo bonaerense será la base de la reconstrucción de una fuerza nacional y popular en defensa de los intereses de los más necesitados.

 

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