Una vez más, Sergio Massa, el líder del Frente Renovador que durante todo el año apoyo los principales proyectos del gobierno nacional, decidió volver a dar marcha atrás y negociar con el gobierno nacional el proyecto sobre el Impuesto a la Ganancias.
El martes a la noche, en el Club Pacheco de Tigre, el diputado nacional se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, donde analizaron buscar un acuerdo con un nuevo proyecto, luego que los gobernadores y un sector de los senadores del FpV le dieran “una semana” al gobierno nacional.
La reunión entre Cambiemos y Massa se hizo varios días después que el presidente lo tratara de “impostor” y que Massa, en vez de responderle le enviara una carta moderada a Macri “en busca del diálogo”.
Massa, a diferencia del bloque del FpV, se mostró dispuesto a negociar nuevamente un proyecto que se acerque a lo que pide el gobierno, pero igual pidió primero escuchar a la CGT, sabiendo que dos de los tres dirigentes que integran el triunvirato le responden a él.
Por su parte, en conferencia de prensa, el presidente del bloque del FPV, Héctor Recalde, clarificó la posición de su espacio. “Vamos a seguir apoyando el proyecto tratado en Diputados y aprobado con 140 votos”, dijo, y recordó que, en busca de la unidad con el resto de la oposición, su bancada había dejado de lado las propuestas para reponer las retenciones a las exportaciones de soja y para gravar con el impuesto a todos los jueces y no sólo a los nuevos, como finalmente se acordó.
Áxel Kicillof, que junto con el massista Marco Lavagna estuvieron a cargo de la redacción del proyecto, denunció que el Gobierno miente en las cifras del supuesto impacto fiscal de la iniciativa y sostuvo que el debate se frenó en el Senado por las presiones públicas hacia los gobernadores.
Anoche, el diputado Kicillof afirmó que el Ejecutivo exageró el impacto fiscal del proyecto de la oposición para “apretar a los gobernadores”, además de recordarle al presidente que incumplió su promesa de campaña de quitar el impuesto, sino que duplicó la cantidad de afectados por ese tributo.
Una vez más, Massa se siente más cómodo con el oficialismo que con la oposición. Su problema es que desde la Casa Rosada están llamando a las reuniones, pero la orden es no “negociar nada”. El próximo miércoles se sabrá la verdad sobre el proyecto de impuesto a las Ganancias, ya que el bloque del FpV aprobó que se discuta ese día.
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