Que sí, que no, que sí, que no. El gobierno nacional se debate entre impulsar o no la convocatoria a la plaza del Sí, en apoyo al presidente Mauricio Macri y hay pánico al efecto boomerang que podría significar una marcha con poca gente.
“Nosotros no la convocamos, pero está bien que la gente quiera expresarse”, dijo Macri en la mesa de Mirtha Legrand desligándose de la convocatoria. Unos días después, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, copió ese argumento. “La convocatoria no es promovida ni organizada por Cambiemos o el Gobierno”, aclaró desde su cuenta de Facebook aunque sostuvo que “es bueno que los ciudadanos se expresen de forma pacífica, en el marco de la ley, de la forma y en el momento que quieran”.
La iniciativa los enfrentó con sus socios de Cambiemos: ni los radicales ni la Coalición Cívica apoyan la plaza y creen que no es necesaria ya que el gobierno está en una clara desventaja para competir con movilizaciones multitudinarias como la de los 400 mil docentes del miércoles pasado o la del viernes por el Día de la Memoria. Y todavía falta la marcha convocada para mañana por las dos Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA) y el paro de la CGT del 6 de abril.
Tampoco les gusta la posible comparación con la recordada “Plaza del Sí”, convocada originalmente por el periodista Bernardo Neustadt en apoyo del gobierno de Carlos Saúl Menem, el 6 de abril de 1990, porque constituye justamente un argumento más para identificar las políticas del actual Gobierno con el “neoliberalismo” de ese gobierno.
Sin embargo, el pánico a que la movida sea un fracaso pudo más. Y por eso en paralelo al operativo de “despegue” oficial, Peña inició una campaña subterránea para impulsar la marcha y garantizar que el sábado haya una buena concurrencia. El concepto que extendió a su equipo de comunicación es que la convocatoria debe replicarse por canales no oficiales de Cambiemos.
Ya circulan cadenas de mails, mensajes de Whatsapp y fotos en redes sociales llamando a una marcha “espontánea”. La idea es que los mensajes se repliquen desde cuentas de vecinos o simpatizantes, pero no de funcionarios del Gobierno, a quienes incluso les pidieron que no se muestren en patota en la plaza.
La vicepresidenta Gabriela Michetti fue una de las primeras en poner en práctica los consejos de Peña. Negó que el Gobierno esté detrás de la marcha de apoyo mientras un ex empleado suyo llamó por las redes a marchar. “Es una locura pensar que el Gobierno está organizando una marcha de apoyo”, dijo Michetti y consideró que “tiene que quedar claro el Gobierno no llamó ni convocó a una marcha de nada”. Sin embargo, Álvaro Zicarelli, militante del PRO cercano a ella convocó a marchar y envió un mensaje por Whatsapp. “Hay intenciones de interrumpir la constitucionalidad de este presidente”, dijo para justificar la movilización.