Pasito a pasito, la gobernadora María Eugenia Vidal no para de endeudar a la provincia. Desde que asumió hace 17 meses, su administración tomó deuda por 4500 millones de dólares y de más de 17 mil millones de pesos.
La mayor parte fue una colocación anunciada hace pocos días, de 15.182,5 millones de pesos a una tasa de 23,4%, bajo legislación argentina, y representó la colocación más elevada en moneda local en toda la historia de Buenos Aires.
Esta es la segunda colocación de deuda del año. La primera había sido en febrero pasado, en este caso en dólares: unos 1500 millones de esa moneda a través de dos instrumentos financieros de 750 millones de dólares cada uno. El primero, un bono nuevo a cinco años y el segundo la ampliación de un papel ya existente en el mercado con vencimiento en 2027.
En aquel momento se destacó que la tasa abonada, de 6,6% en dólares, era relativamente favorable si se tiene en cuenta que recién había asumido en los Estados Unidos el presidente Donald Trump y eso había generado cierto movimiento en los mercados financieros.
Son cifras enormes. Pero conviene aclarar que la colocación de deuda tiene autorización legislativa y fue parte de las negociaciones entre el oficialismo y un sector de la oposición por el Presupuesto 2017, donde se contempla un permiso para endeudarse de unos 52 mil millones de pesos o su equivalente en moneda extranjera (artículo 34).
Esto significa que con las dos emisiones realizadas en el primer semestre, la que se hizo en dólares y la millonaria en pesos, la administración Vidal ya lleva realizadas las tres cuartas partes del programa de endeudamiento previsto para todo el año.
La explicación oficial del gobierno es que la deuda se toma no para financiar gastos corrientes sino para invertir en infraestructura, una de las grandes falencias históricas de la Provincia. Pero las obras todavía no se ven.