A las puertas del primer zarpazo para extender la edad jubilatoria, desde el gobierno ya dan por descontado que más temprano que tarde se impulsará la idea de que haya una ampliación “optativa” de la edad jubilatoria que llegaría a los cinco años.
Será a través de una reforma previsional que en secreto –y no tanto- vienen planteando los principales referentes de la administración macrista.
Está claro que el éxito o fracaso de esta iniciativa, estará atado a lo que ocurra en las urnas en las legislativas de octubre. En otras palabras, una buena elección de Cambiemos será la puerta que el gobierno necesita para avanzar en ésta y otras sensibles cuestiones.
La excusa perfecta que encuentran para justificar la maniobra, es que según los números que maneja la Anses, que de las alrededor de 320 mil personas que se jubilan anualmente, unas 50 mil siguen trabajando, a pesar de llegar a la edad legal para retirarse, es decir, 60 años para las mujeres y 65 para los hombres.
De acuerdo a la curiosa óptica del gobierno, tal situación significa que esas 50 mil personas quieren continuar trabajando, por lo que hay que ofrecerles la opción de que sigan desarrollando sus tareas si así lo desean.
Desde los despachos oficiales, explican que “hay cuestiones que son obligatorias, pero no quiere decir que se cumplan en todos los casos. Si hay voluntad de seguir trabajando, y si los empleadores y los empleados están de acuerdo en seguir con la relación laboral y se les pone un incentivo, hay gente que se va a sumar”.
El incentivo en cuestión es que los aportantes tengan la posibilidad de extender la edad jubilatoria por cinco años, es decir que, en la práctica, se extendería hasta los 70 años para los hombres, y 65 para las mujeres.
Otra razón que impulsa al gobierno a extender los plazos de la vida laboral activa, es evitar sumar beneficiarios al PAMI, teniendo en cuenta que los que demoren su retiro seguirían aportando, y atendiéndose en las obras sociales sindicales o prepagas.