El dinero que el Gobierno le quitará a los jubilados el año próximo gracias a la reforma previsional, equivaldrá al doble de la totalidad invertida hasta ahora en la cuestionada ‘Reparación histórica’ desde que se implementó, hace casi un año y medio atrás.
Según confirmó la Anses, el monto destinado a ese programa desde julio de 2016 hasta octubre último, en concepto de retroactivos e incremento de haberes, suma $ 36.531 millones. Sin embargo, el objetivo del Gobierno es ahorrar no menos de $ 70.000 millones a través del cambio de la fórmula de movilidad que se pondrá en marcha.
Es más, hasta en la Casa Rosada se reconoce que los aumentos que regirán para el sector pasivo en 2018 se ubicarán por debajo de lo que determina la ley actual. Eso obedece a que el índice ya no estará atado al incremento de salarios y de la recaudación de la Anses, sino a la variación de precios al consumidor, tal como lo exigió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pasaron ya 16 meses desde la puesta en marcha de la ‘Reparación histórica’, y es evidente que el programa está muy lejos de alcanzar los resultados que con bombos y platillos prometió el Gobierno. De algo más de un millón de haberes reajustados (sobre un total de 6.500.000 jubilados y pensionados), empezó a cobrar menos de la mitad del universo estimado durante el debate de la ley, mientras que el porcentaje promedio de aumentos quedó por debajo de lo calculado.
Por ahora, todo parece indicar que no se llegará a la meta de 2 millones de haberes reajustados a que aspira el oficialismo. Hay que tener en cuenta que en los últimos 6 meses la cifra de beneficiarios creció muy poco y, además, la mayoría tuvo aumentos por montos pequeños, menor a los 1000 pesos.
En tanto, para el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, si a partir del año que viene se ajustan los haberes por inflación, “el jubilado no va a poder recuperar los 10 puntos que perdió en 2016, ya que la inflación en la canasta de los pasivos tiene más impacto que a nivel general”.