Más allá que Eduardo Feinmann considere que los ataques contra cuatro iglesias chilenas son organizados por “terroristas mapuches”, las versiones que circulan en el país vecino es que tiene más que ver con los servicios vinculados a la derecha que les molesta los encuentros del Papa Francisco con las comunidades mapuches en el sur del país. Tanto las fuerzas de seguridad chilenas como las argentinas consideran que pedir autonomía y tierras por parte de las comunidades aborígenes son grupos terroristas.
Los ataques ocurrieron en los municipios de Estación Central, Recoleta, Peñalolén y Santiago Centro, y en tres de los casos las iglesias tuvieron daños, principalmente en sus puertas y fachadas, mientras el cuarto caso fue neutralizado por la policía, indicaron las fuentes.
En Estación Central, la parroquia Santa Isabel de Hungría fue atacada, donde desconocidos lanzaron en la entrada un paño impregnado con combustible y luego le aplicaron fuego, provocando un incendio que fue controlado por Bomberos. “Libertad a todos los presos políticos del mundo, Wallmapu (territoroio mapuche) libre, autonomía y resistencia. Papa Francisco las próximas bombas serán en tu sotana”, decían los panfletos dejados en el lugar.
En Recoleta, el ataque afectó a la capilla Emanuel, donde pasadas las 3 de la madrugada desconocidos lanzaron una bomba que al explotar arrancó de cuajo la puerta y rompió algunas ventanas. En Peñalolén, un ataque similar afectó a la capilla Cristo Vencedor, donde desconocidos hicieron explotar una bomba que causó escasos daños. En el santuario Cristo Pobre, situado cerca de la estación Quinta Normal del Metro, la policía neutralizó un bidón aparentemente cargado de combustible que desconocidos dejaron en la entrada, en un operativo que incluyó el desvío del tráfico de vehículos y peatones por el lugar.