En su primer discurso en Chile, el Papa envió un mensaje a los pueblos originarios, y pidió respetar los “derechos” y “cuidar la cultura” de esas comunidades. “Las comunidades originarias son parte de la identidad y riqueza de esta nación”, por lo que “es necesario que sus derechos sean atendidos y su cultura cuidada”. Y de manera enfática, dijo: “Es preciso escucharlos”.
Las palabras de Francisco fueron dichas en el palacio de La Moneda, sede del gobierno chileno, y frente a la presidenta Michele Bachelet, horas antes de reunirse con representantes indígenas del sur de ese país.
Posteriormente celebró su primera misa masiva en el parque O’Higgins, de Santiago, donde fue vivado por más de 600.000 personas cuando llegó al enorme espacio, a bordo del papamóvil. Citando al gran poeta chileno, Pablo Neruda, llamó a los católicos chilenos a trabajar por la paz y la justicia y a movilizarse para alcanzar “un nuevo día” y un nuevo Chile .
“¡Cuánto conoce el corazón chileno de reconstrucciones y de volver a empezar; cuánto conocen ustedes de levantarse después de tantos derrumbes! “, dijo el Papa, en una homilía en la que, inspirándose en el Evangelio del día, habló de las bienaventuranzas de Jesús, que “no nacen de una actitud pasiva frente a la realidad”.
Agregó que “las bienaventuranzas no nacen de actitudes criticonas ni de la «palabrería barata» de aquellos que creen saberlo todo pero no se quieren comprometer con nada ni con nadie, y terminan así bloqueando toda posibilidad de generar procesos de transformación y reconstrucción en nuestras comunidades, en nuestras vidas”, dijo.
“Las bienaventuranzas nacen del corazón misericordioso que no se cansa de esperar. Y experimenta que la esperanza «es el nuevo día, la extirpación de una inmovilidad, el sacudimiento de una postración negativa»”, agregó, citando a Pablo Neruda, en “El habitante y su esperanza”.