Por Alfredo Silletta. El presidente Mauricio Macri, “un psicópata” para el psicoanalista Jorge Alemán y el “ángel exterminador” para Jorge Asís hoy se dio el gusto de humillar a la gobernadora María Eugenia Vidal obligándola a renunciar al desdoblamiento. El presidente nunca le perdonó que Vidal afirmara que “no quería” ir en la misma boleta que el presidente porque le hacía perder votos.
En el día de hoy, el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai, salió a anunciar que “las elecciones en Nación y Provincia se van hacer en la mismas fechas”. Luego agregó que “Vidal prefiere que sean unificadas y no desdobladas”.
A mediados de noviembre, Vidal y el equipo político que comanda Salvai empezaron a observar que el Presidente medía menos de 20 puntos en el conurbano y que arrastraba a la gobernadora. Allí decidieron, con el apoyo de los medios hegemónicos, trabajar para desdoblar las elecciones. Para ello necesitaban modificar varias leyes y en un acuerdo con el massismo crearon una Comisión en la Legislatura para que se expida sobre el tema.
A principios de diciembre, cuando el tema estaba instalado, la gobernadora lo habló con Macri. Allí sólo atinó a decir que el desdoblamiento era para “sacar” a Cristina Kirchner de la lista de los intendentes peronistas. El Presidente le dijo “dale para adelante” y lo hablamos en enero. A partir de ese momento nunca más la recibió.
A mediados de enero, Macri recibió en el country Cumulén a los gobernadores Gerardo Morales y Alfredo Cornejo más Horacio Rodríguez Larreta. Allí fue contundente: “Acá nadie desdobla, todos vamos a trabajar por el triunfo de mi reelección”. Luego agregó: “Si yo pierdo todos terminamos presos, nadie se salva”.
En los últimos encuentros con la gobernadora el Presidente se mostró frío. Allí Vidal supo que ya no había margen de negociación. Hoy, antes de ser humillada por Marcos Peña que lo iba anunciar en los próximos días antes de irse de vacaciones, decidió salir públicamente a reconocer que no va a desdoblar.
Quienes la conocen dice que el malhumor con el Presidente era evidente en la última semana. “Me tiene harta, lo ayudé a ganar en 2015, luego en 2017, el año pasado me dio el Fondo del Conurbano pero a fin de año me trasladó todos los subsidios”, dijo Vidal a los suyos. Y continuó: “Así no se puede, cualquier encuesta demuestra que estoy 10 puntos encima de él, si no mejora la economía podemos perder la Provincia y la Nación”.
El problema de Vidal fue que no comprendió que su presidente es un psicópata que “usa el arte de la manipulación y la crueldad con aquellos que lo enfrentan”.
Los argentinos lo saben muy bien desde hace tres años.