Aquella bandera que durante los últimos años levantó Cambiemos, en cuanto a que María Eugenia Vidal era imbatible en la provincia se fue cayendo con el correr del tiempo, y hoy por hoy en el oficialismo ya empiezan a percibir como posible una derrota de la gran estrella del firmamento macrista a manos de la dupla Kicillof – Magario.
Y no es que ahora despotriquen contra la gobernadora bonaerense. Es más, en los despachos oficiales siguen sosteniendo que es la mejor candidata, pero está claro que en medio “pasaron cosas”, y más allá de la buena imagen que a pesar de todo pueda seguir manteniendo Vidal, ahora, a diferencia de 2015 y 2017 el gran problema tiene nombre y apellido: Mauricio Macri.
Y si al presidente se suma lo que vendría a ser la marca Cambiemos –que, dicho sea de paso, ya fue reemplazada en la mayoría de las provincias, incluso a las que responden a la alianza gobernante-, estamos frente a un coctel no muy fácil de tragar en las usinas donde se teje la estrategia electoral.
En el Gobierno sostuvieron la idea de que sin Provincia no hay Nación. Y a diferencia de lo que ocurría a principio de año, cuando se pensaba que así Vidal pudiera perder la gobernación, Macri podía ganar la presidencia. Pero está claro que esa alternativa ya casi desapareció del escenario político, donde ya se ve como cada vez más factible que Macri y la gobernadora sufran sendas derrotas.
Mientras tanto, en Cambiemos aseguran que Vidal le ganaría a Kicillof en caso de una disputa mano a mano. Pero nuevamente aparece la figura del presidente, quien perdería por una importante diferencia frente al binomio Ferández – Fernández, por lo que el inevitable arrastre hacia abajo de la boleta principal sería hoy indescontable.
Y como muestra de la preocupación que envuelve hoy al oficialismo sobre lo que pueda pasar en las elecciones de octubre, hoy Claudio Jacquelin, editor y uno de los principales columnistas del diario La Nación, a través de una nota que titula “Provincia de Buenos Aires, madre de todas las batallas y causa de la desesperación macrista”, revela que, en efecto, la soñada reelección de Macri, como lo que venía siendo el seguro triunfo de Vidal, prácticamente quedaron en el recuerdo.