La destacada conductora radial relató el drama que vivió junto a su familia los últimos dos meses, cuando su padre comenzó con distintas internaciones. Falleció la semana pasada y a ella se lo comunicaron por teléfono porque no podía visitarlo. “Lo fui a ver y estaba detrás de un vidrio, no me podía acercar. Es tremendo despedirse de esa forma”.
Tras una semana de ausencia en su programa La Negra Pop, Elizabeth Vernaci regresó a su ciclo y conmovió a su audiencia al relatar el difícil momento que transitó por la muerte de su padre, que falleció tras contraer coronavirus, y a quien no pudo despedir debido a los protocolos sanitarios.
“Hace muchos años que ya estaba enfermo, era una situación esperable, pero nunca pensé que lo iba a tener que afrontar en un contexto difícil, solitario, cruel y doloroso como este. Fuimos pasando distintas circunstancias, salió de la internación en julio, fue a su casa a reponerse de una enfermedad que ya estaba mal, el final era anunciado”, comenzó diciendo la conductora.
“Cuando vuelve a la casa, el virus entra a la casa, no con él, pero infectó a todos los que estaban al rededor de mi papá, que tenía por suerte un séquito al lado de enfermeras, cuidadores que les agradezco de corazón. Una de las cuidadoras empieza a sentirse mal, lo internan el 5 de agosto, le hacen hisopado y le da positivo. Desde ese momento no lo vimos más, solo nos comunicábamos por teléfono con un médico. En esos 20 días estuvimos al límite todo el tiempo”, agregó con dolor.
“Pensábamos llamar de urgencia a un cura, porque no poder estar ahí, porque te desesperás, porque no podés estar, no sabés cómo está. Las preguntas que le hacés al médico que es un terapista, que es un señor que está dirigiendo una sala que era de 16 camas y que pasa a tener 34, se les desborda la unidad de terapia intensiva y empiezan a tener mucha más gente para ocuparse y lo hacen de maravilla”, relató la Negra Vernaci teniendo en consideración la angustiante situación familiar y la del sistema de salud colapsado por la pandemia.
“Entonces dijimos llamemos a un cura, que por lo menos vaya un cura, pero nunca nos contestaron. Yo desde mi casa, sos inoperante … es una cadena de desgracia, de soledades, de todo lo que se imaginan”, manifestó, y luego agregó que finalmente logró que un sacerdote visite a su padre. “Era tan chupa cirio que por lo menos se fue con algo, le gustaba mucho el Opus Dei pero el Opus Dei no lo ayudó. Por suerte conocí a Agustín, un cura villero que había tenido covid y le pedí por favor para que lo dejen ir a verlo. Los protocolos son tan difíciles…”, expresó para luego contar lo que cuando falleció su papá le dijeron que tenía que cremarlo.
“‘¿Cómo que lo tengo que cremar? No lo vi más, no le di un beso, no estuve con él y voy a llegar con una urna donde ni siquiera sé dónde están la cabeza y los pies. Esto es muy inhumano. No solo no lo pude abrazar, dar un beso, agarrar la mano, no pude nada y ¿también querés que lo lleve a cremarlo y lo pase a buscar a los dos días?’. Empiezo a averiguar si hay que cremarlo sí o sí y no, no tenés ninguna obligación. Estamos en el medio de una situación donde la verdad es que no se saben exactamente los protocolos y los médicos están ocupados en otra cosa… No sé si están desbordados, pero no paran y a veces no saben todos los protocolos y te dicen cosas que son tremendamente crueles”, planteó.
Tras aclarar que pese a la dolora situación que viven los familiares es muy engorroso que el personal de salud tenga que disponer recursos y tiempos para facilitar las despedidas a pacientes terminales con coronavirus, la Negra Vernaci contó que en medio de la desesperación le pidió al personal de salud que le hicieran escuchar a su padre un audio de ella pero que recibió un no como respuesta. Acto seguido, reveló que gracias al permiso que consiguió el cura Agustín para ver a su padre, pudo hacer que su papá escuche su mensaje. “Mi papá lo escucha, reacciona, recuerden que estuvo 20 días en la nebulosa. El cura divino, me llamó y me contó que reaccionó, que me buscó, abrió los ojos, se emocionó. Bueno, algo de él se despertó con mi voz. A los dos días, el 25 de agosto, me llaman y me avisan que mi papá se murió”, agregó.
“El último momento que pude ver a mi papá fue detrás de un vidrio. Yo estaba sola…Lo vi, nada.. no voy a contarles detalles cruentos que no viene al caso, pero es horrible despedirse de alguien que querés y que amás de esa forma. Es tremendo. En ese momento te das cuenta que no hay justificativo para ir a buscar el virus. Ves como esa persona ses murió en soledad absoluta, sin nadie que le dijera ‘te quiero’ al lado. En ese momento te das cuenta si realmente vale la pena tanta salida”, reflexionó lanzando un mensaje para crear conciencia en torno a los movilizaciones, las reuniones familiares y a las personas que no se cuidan frente al virus.
“Entiendo que a la mayoría no le pasa, pero no sean egoístas. Al pequeño porcentaje que les pasa, es un desconsuelo absoluto. Después no podes tocarte con tu familia, abrazarte, no podés llorar en el hombro de nadie porque no se puede. Es tremendo cuando te dan en una bolsita la ropa de tu viejo”, expresó.