Podemos comprender el reclamo salarial de las fuerzas de seguridad bonaerense pero la actitud de rodear la quinta presidencial es un acto de amenaza y amedrentamiento contra el gobierno. No podemos permitir esta situación.
Todos los reclamos laborales deben tener un espacio de escucha y respeto mutuo.
Lo que está sucediendo en este momento no forma parte de las prácticas democráticas que debemos entre todos construir y consolidar.
Reconocemos que nuestras fuerzas hacen un gran esfuerzo, y más durante la pandemia. Como también lo hacen muchos hombres y mujeres al servicio de la comunidad. Hoy tienen que volver a ocupar ese rol que es cuidando a los vecinos y vecinas de cada uno de los distritos.