Anoche asistió como invitado el diputado nacional y operador de la ultraderecha Jorge Enríquez, un siniestro anquilosado en la guerra fría y fiel empleado de la Embajada.
Allí, comenzó a mentir descaradamente con el libreto del populismo y para darle más drama a su relato delirante, vinculó a los talibanes con el gobierno nacional.
Pero Brancatelli no se la dejó pasar y ante la insistencia de Enríquez, hasta los gorilones infumables se le plantaron al facho y lo dejaron tosiendo y vomitando odio y veneno