Tras la derrota, las renuncias y las idas y vueltas en casa Rosada, los infumables –como no podía ser de otro modo- cargaron con munición gruesa contra la figura de la dos veces presidenta y actual vice e intentaron responsabilizarla por la crisis.
Pero Branca los paró en seco y les recordó lo que muchos ahora olvidan y los dejó castañeando los dientes.