Habituado a largos períodos de vacaciones (tal como lo demostró cuando fue presidente), Mauricio Macri, afincado en Villa La Angostura desde hace un mes y medio, vuelve a estar alojado en el exclusivo y lujoso country Cumelén con su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia.
Este verano, a diferencia de los anteriores, el descanso y los paseos se combinan con una actividad política constante del ex mandatario, quien recibió en ese barrio cerrado a distintos referentes de la coalición opositora, entre ellos el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y a un grupo de referentes legislativos nacionales de Pro.
Y según revela hoy el diario La Nación, “tal vez con menos paciencia que otros años, algunos socios del club verbalizaron su incomodidad con estas reuniones en instalaciones del country. Por lo bajo, los veraneantes afirman que “Cumelén es un lugar de descanso sin identificación política”, y van incluso más allá: afirman que tanta “rosca” veraniega “no deja bien parado a Cumelén en la Comunidad de Villa La Angostura, y no es bueno que se lo perciba como una sucursal de Juntos por el Cambio durante el verano”.
Es que, con la falta de solidaridad y empatía que lo caracteriza, Macri decidió que sus reuniones en el sur se hagan en el Club House del lugar, para evitar molestias a su familia, impidiendo en consecuencia su uso por parte de los vecinos.