En sesión especial, senadoras y senadores de la Cámara Alta provincial rindieron homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado y reivindicaron la lucha de los organismos de derechos humanos, en vísperas del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
En primer lugar, la senadora María Reigada destacó que el 24 de marzo como día no laborable “fue uno de los tantos gestos del gobierno de Néstor Kirchner, que fue emparentar las luchas populares con las políticas de Estado”.
“Fueron muchos años – continuó – en que las organizaciones sindicales, partidos políticos, organismos de derechos humanos, las Madres y Abuelas principalmente, familiares de desaparecidas y desaparecidos, combatieron contra el negacionismo, contra la doctrina de los dos demonios”.
En esa línea, la legisladora ratificó que todos los 24 de marzo “nos invitan a debatir las políticas que necesita nuestro pueblo, a reconocer las luchas y a seguir soñando en una patria libre, justa y sobenana”.
Posteriormente, la senadora Érica Revilla recordó que el 24 de marzo de 1976 comenzó en Argentina la época más oscura de nuestra historia.
“Bajo la dictadura de las fuerzas armadas vivimos signados por una constante violación de los Derechos Humanos, crímenes de Lesa Humanidad y terrorismo de Estado que funcionaron como medios de esos años”, enumeró.
En ese marco, recordó el aporte del ex presidente Raúl Alfonsín en la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) en 1983.
“Han pasados todos estos años y las señales siguen visibles. Por la ausencia de los que no están, hacer memoria no es el mero relato de los hechos acontecidos, memoria es pedir justicia por tantos homicidios, torturas, represiones, exilios, discriminación y tanta violación a los Derechos Humanos”, cerró.
A su turno, la senadora Ayelén Durán señaló que la etapa oscura del terrorismo de Estado “incluyó la persecución, la tortura y el exterminio de 30 mil compañeros, y en nuestra provincia contó con 250 centros clandestinos de detención”.
Y agregó: “Quisieron instaurar la miseria planificada, que implicó la destrucción del entramado productivo, la eliminación de controles para la fuga de capitales, el endeudamiento externo y el empobrecimiento a partir de la pérdida de salario y las condiciones de vida. Y ese modelo económico se implementó durante el gobierno anterior”.
Para Durán, “estos proyectos neoliberales funcionan en detrimento de las mayorías populares” con “la complicidad del poder judicial y el poder mediático”.
Por su parte, el senador Omar Plaini analizó los estragos económicos que generó el golpe de Estado de 1976. “La tremenda dictadura trajo consigo el capitalismo neoliberal que terminó con la Argentina industrial de mediados del siglo pasado. Suelo escuchar a algunos dirigentes que creen en el libre albedrío del mercado, que creen que la tragedia económica nacional empezó hace 70 años… Cuán equivocados están. Eso comenzó hace 46 años con el golpe genocida”, expresó.
El legislador recordó también la suspensión del derecho a huelga, de la actividad gremial y el “fuera” sindical. “Se implantó nuevamente la ley de residencia, se prohibió la seguridad industrial, se modificó y se sacó de raíz las bases institucionales de los convenios de trabajos y la ley de asociaciones profesionales”, dijo.
El siguiente en tomar la palabra fue el senador Christian Gribaudo, quien consideró al 24 de marzo como un momento para la memoria activa y de unidad. “La oportunidad tiene que ver con lo que hacemos los espacios políticos para tener una mejor convivencia política, para tener mejores niveles de democracia y para tener una Argentina para todos”, recalcó.
El cierre de la sesión estuvo a cargo de la jefa de bancada oficialista, Teresa García, quien señaló que algunas consecuencias de los hechos acaecidos durante la última dictadura militar se siguen reproduciendo. “El objeto del Golpe de 1976 tuvo un motivo económico, de hecho Martínez de Hoz coronó esa noche negra del terrorismo de Estado. Y deberíamos discutir sobre el terrorismo de Estado alguna vez para intentar no equivocarnos y reproducir metodologías del terrorismo de Estado, como el espionaje y la persecución”, consideró.
García planteó que los trabajadores vieron diezmadas las comisiones internas de las fábricas “porque era donde estaba la fuerza y la vitalidad para pedir la mejora en las condiciones laborales”.
“El peronismo llora esos muertos, pero se alimenta de esa tristeza para florecer en distintas formas: lo hizo en el ’55 con la resistencia, lo hizo en el ’76 con Saúl Ubaldini encabezando la columna de los trabajadores que fueron los primeros en salir a la calle, también como lo hicieron las Madres y las Abuelas. Caminaron 46 años, y hoy con bastón y silla de ruedas siguen caminando, y nosotros las vamos a seguir acompañando, porque todavía hay huesos que no se han encontrado y nietos que andan por la vida sin saber cuál es su identidad”, continuó.
Por último, dejó en claro que hubo una generación de dirigentes de todos los partidos desaparecida que hubiese enaltecido la dirigencia política. “Hay un eco de la sociedad que dice que todos los políticos son iguales, porque a uno le dan más minutos en un set de televisión por decir barbaridades de otro dirigente. Lo dije la otra vez y lo vuelvo a repetir: lo único que tenemos para transformarle la vida a la gente es el sistema democrático, la fuerza que tengan los partidos políticos, los dirigentes que encaren la voluntad popular y la convocatoria permanente a que la gente sea parte de las transformaciones”, concluyó.