La derecha argentina se ha caracterizado por recurrir habitualmente a lo mágico, al tarot o lo esotérico. Sus líderes se consideran elegidos y protegidos por el más allá. El tema fue un elemento central en los años noventa, auge del menemismo, y volvió con fuerza con la llegada del macrismo, quizás en una onda más cool. Por estos días vuelve a tomar fuerza a partir de que se hizo público que el dirigente ultraliberal Javier Milei tiene como referente a su hermana tarotista que, ante cada decisión política, lo consulta con sus cartas.
El pensador Ricardo Foster afirma que la “magia y el poder” siempre estuvieron cercanos: “Los adivinos y los magos constituían el soporte y la garantía del poder, ofrecían la legitimidad de lo extraordinario, el contacto con los poderes profundos y esenciales”…“El dueño del poder necesita desesperadamente creer, afirmar su invulnerabilidad”.
Carlos Menem, protagonista principal de la década del noventa, nunca negó su fascinación por lo esotérico. Las revistas de aquel entonces hablaban de “las brujas del presidente” que lo visitaban en la residencia de Olivos para aconsejarlo o tirarle las cartas.
La más famosa fue Ilda Evelia, conocida como la “bruja de Menem”. Ella contaba en las revistas de la época que en 1961 le había pronosticado al riojano que sería presidente. Evelia tuvo rápidamente sus detractoras y competidoras: Aschira, Lily Sullos y Blanca Curi afirmaban que Menem las consultaba a ellas. El ex presidente negó que Evelia fuera su bruja de cabecera pero reconoció su fascinación por lo esotérico.
En aquellos días, Blanca Curi decía a la revista Noticias: “Yo no tengo por qué decir quien me consulta y quién no, sea Menem o la señora de al lado. Jamás voy a decir nombres; lo único que puede deslizar es que importantes empresarios, diputados y gente del poder hablan conmigo”.
No solo eran brujas o tarotistas. En mayo de 1995, el presidente Menem recibió en la residencia de Olivos al reverendo Sun Myung Moon, un coreano que se presentaba como el nuevo Jesús en la tierra.
Mauricio Macri nunca negó su vinculación a lo esotérico. Cuando fue jefe de gobierno porteño organizó en 2012 el Primer Encuentro Espiritual del Amor, con la presencia estelar de gurú Sri Sri Ravi Shankar, fundador de El Arte de Vivir y cientos de chantas que adivinaban el futuro.
El jefe del PRO, en plena campaña de 2015, contó que consultaba a una “armonizadora budista”, una repuesta más cool de estos tiempos para no señalar que le tiraban las cartas. En Clarín relató que su bruja lo ayudó a “conocerse a sí mismo y a liberar energías”. Sin dar detalles de su líder espiritual dijo que lo ayudó a reflexionar a “través de cuencos tibetanos y gongs”. “La grieta me tomó a mí como uno de los principales victimarios de esa agresión, por lo cual necesité de ayuda para conocerme a mí mismo y liberar energías”, señaló.
Con el tiempo, se supo que la armonizadora era de vieja data. Su nombre es Ángeles Ezcurra y su relación es de la época de Club Boca Juniors, donde la habían llevado para eliminar la “mala vibra” por los malos resultados. Según el portal Big Bang News, Ezcurra afirmaba que Macri es el “hombre gris” de la profecía de Benjamín Solari Parravicini que representaría “la bendición luego de luchas serias, de encuentros y desencuentros, de soberbios en gritos y de gritos vencidos”.
Más allá de la “armonizadora”, se habló mucho de la vidente ecuatoriana Shirley Barahona, quien se habría reunido con Macri para contarle que “iba a sufrir un atentado”. Barahona asegura haber ayudado a muchos políticos en Ecuador y también a la selección ecuatoriana, pero luego de la temeraria afirmación “negó” haberse encontrado con Macri. Quizás la relación con el ex presidente llegó de la mano de otro ecuatoriano, su asesor Jaime Duran Barba.
Javier Milei se convirtió en los últimos tiempos en la nueva estrella de la ultraderecha argentina, y pareció que no tenía techo luego de haber obtenido el 17% de los votos en CABA. Los medios hegemónicos se entusiasman con que podría salir segundo en las PASO del 2023. Luego de graves errores políticos como proponer la “venta de órganos” o “el libre uso de armas”, bajó estrepitosamente en las encuestas. Los empresarios que lo apoyaban empezaron a dudar, y el frente libertario comenzó a crujir. Ahí se hizo público lo que muchos decían por abajo: su hermana Karina, conocida como EL Jefe, antes de cada decisión tiraba las cartas del tarot.
Karina, sin la más mínima experiencia política, figura en la AFIP como prestadora de “servicios personales” y su única actividad es el tarot. Un importante empresario fue brutal cuando lo consultaron por su alejamiento del espacio: “No se puede hacer política seria con las cartas del tarot”.
Eduardo Prestofelippo, conocido como “El Presto”, un youtuber que trabaja para la derecha más odiadora, y que ayudó al crecimiento de Milei entre los jóvenes, aseguró que es imposible hacer política junto a la tarotista. “Lo que pasa es que Karina es tarotista, no lo digo despectivamente, pero ella ha tirado cartas toda su vida y como ahora la llaman ‘El jefe’ cree que sabe algo pero no sabe nada. Ella tiene conocimientos de política como yo de fútbol”, criticó.
Por su parte, el abogado liberal Carlos Maslatón, señaló en su cuenta de Twitter que la hermana de Milei es como “Isabel Perón y Kim Yo-Jong, la hermana del líder norcoreano”.
Los líderes de la derecha se sienten más cómodos con lo esotérico, el tarot o los libros de autoayuda donde le enseñan que la búsqueda es individual, donde cada persona es su propia religión, sin reglas, donde la espiritualidad se une a la ciencia y la magia. Estos libros te dicen “tú eres el poder” y resaltan: “vive tu proceso, tú escoges si prefieres alimentarte o morirte de hambre, tú eliges si quieres convertirte en un mediocre o en un maestro”.
La derecha desprecia lo colectivo, la lucha de masas, el compromiso de un pueblo, el héroe colectivo que nos hablaba Germán Oesterheld en “El Eternauta”.
2 Comentarios
Te faltó hablar del Brujo López Rega y JD Perón
Consulté a Hilda Evelia a fines de los ’80, cuando trabajaba en la HCD de la Nación. Realmente sabe mucho. Es impresionante las cosas que acertó de mí.