“En lo personal fue muy duro. Primero perdí a mi padre en abril del ’77, yo tenía 5 meses de vida. En octubre del ‘78 secuestran y asesinan, o asesinan y secuestran el cuerpo de mi madre, Lucila, embarazada de 8 meses y medio en termino. Ahí se produce un tiroteo muy fuerte en la casa donde estábamos viviendo nosotros, yo me salve de las balas por el cuerpo de ella, ella me refugia en la bañadera y se puso encima de mí para protegerme”, cuenta el ministro del Interior.
“En el año 96, fui a esa casa, le toque el timbre a la vecina de la casa donde fue el operativo, me dejó pasar a la casita del fondo y está el baño todavía con los tiros en la puerta y en las paredes. Cuando veo eso pienso en lo que pasé, fue muy duro, seguramente de ahí a mí me secuestran, estuve apropiado por alguna familia de militares por unos meses. Después por gestiones familiares me devuelven, pero estamos ante un hecho más de los miles que pasaron en la dictadura, donde se vivió mal. Se vivió mal y después, el después”.
Por ultimo señala: “Cuando me vine a Buenos Aires a estudiar, en el año 95, pude ver el surgimiento de HIJOS. Eso no lo tenía dimensionado como una actividad política, sino lo tenía dentro de las necesidades personales. Tenía la intención de compartir con otros pibes y otras pibas que habían perdido a sus padres, tenía ganas de compartir primero las experiencias personales y después tenía ganas de ver cómo podíamos hacer para que deje de haber impunidad en la Argentina”.