La Cámara de Diputados volverá a sesionar este miércoles a las 11 de la mañana con un único tema: la insistencia por la ley de movilidad jubilatoria que vetó en su totalidad el Poder Ejecutivo.
En medio de esto, las negociaciones son frenéticas y contrarreloj. Hasta ahora nadie tiene el número asegurado ni para insistir con la ley que aprobó el Congreso ni para bloquear la insistencia, y cada voto, ya sea por la presencia o ausencia, se torna tan importante que hace que las negociaciones sean entre los propios legisladores y no por bloque.
“Algunos tienen en claro que van a estar todos los diputados de su bancada, pero hay espacios con dudas. En principio, ya todos los presidentes de los bloques les comunicaron a sus diputados que mañana tienen que estar en Buenos Aires”, explicó una fuente parlamentaria.
El problema no está en el quórum, ya que estaría asegurada la presencia de 129 diputados. El problema es que el número mágico necesario para poder insistir con la ley es de 172 votos -los dos tercios- si es que en el recinto hay 257 diputados, o los 86 que necesita el oficialismo para poder bloquear la cruzada opositora.
En el medio de esto hay alrededor de 20 diputados que son los que generan dudas: se trata de quienes responden a gobernadores aliados con la Casa Rosada, o bien a referentes políticos enfrentados con sus mandatarios provinciales. Y a esto se le suma que persiste en varios legisladores el temor a los cruces con el presidente Javier Milei. “Hay diputados que tienen miedo al escarnio público al que te somete el oficialismo”, reconoció un dirigente de la Coalición Cívica
Un ejemplo de esto es lo que sucede en el PRO, que tiene legisladores que responden al ex jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Esos parlamentarios formarían parte de los “conversos” que no acompañarían la posición del oficialismo. La duda es si eso se va a traducir en una ausencia -que hace que se reduzca el número necesario para alcanzar los dos tercios- o en un voto favorable a la insistencia. “Esto recién lo vamos a ver el miércoles cuando nos sentemos. Si dan quórum, votan por la insistencia”.
Otro bloque que está cruzado es el de la UCR. Aunque es autor del proyecto que terminó aprobándose, los gobernadores radicales cercanos a la Casa Rosada están jugando su propio juego con la mirada puesta en las planillas del Presupuesto 2025.
Por ejemplo, los diputados mendocinos se muestran reacios para acompañar la insistencia, guiados por el gobernador Alfredo Cornejo. Los cordobeses se mostraron en un acto de La Libertad Avanza junto a Martín Menem, el titular de la Cámara Baja, lo que encendió las luces de alerta. Y los correntinos que responden al gobernador radical Gustavo Valdez, apelaron al silencio.
Todo este rompecabezas radical está haciendo que, con la idea de salvar la ley y no quedar tan mal frente a los jubilados -entendiendo que fueron ellos quienes la propusieron-, el jefe del bloque Rodrigo de Loredo explora la posibilidad de una insistencia parcial en donde se asegure el artículo que recompone el 8% perdido en el empalme de las leyes jubilatorias y la asistencia a las cajas provinciales, y se acompañe el veto en los artículos de mayor impacto fiscal: el pago de los juicios y un aumento anual que sea del 50% de la variación salarial si es que los sueldos le ganan a la inflación.
Los más optimistas señalan que cuentan con 168 votos para insistir -contando a todos los radicales y provinciales- y que la diferencia para llegar a los 172 la darían las ausencias. Por el oficialismo, la cuenta hoy estaría en 83 votos si es que el PRO sienta a todos sus diputados y logra establecer una única línea.
Otras dudas apuntan a los dos diputados por Santa Cruz, los dos de Producción y Trabajo, y el del Movimiento Popular Neuquino. Un caso muy particular es el de la diputada Lourdes Arrieta, expulsada de LLA, y ahora en el monobloque Fuerzas del Cielo Espacio Liberal. En la sesión donde se dio media sanción votó en contra, mientras que ahora dijo que acompañará la insistencia. “Con Arrieta hay que esperar a que llegue el momento. No sabemos cuánta presión está teniendo de los libertarios ni cuán enojada está. Es toda una incógnita”, explicaron.