Ayer, el presidente Javier Milei visitó las oficinas de la billetera digital Ualá, donde expresó su desprecio por el Estado, afirmando su intención de terminar con la obra pública, despedir empleados y privatizar todo lo posible. Al mismo tiempo, el gobernador Axel Kicillof presentaba el Presupuesto en la legislatura bonaerense, con énfasis en la inversión en Salud, Educación y un importante refuerzo en infraestructura. Dos visiones de país en contraposición.
Milei, acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, volvió a referirse a sí mismo como el “topo” que viene a destruir el Estado. Declaró: “Prefiero venir a felicitarlos que inaugurar una obra pública costosa e ineficiente que nadie quiere”. Añadió: “No puedo inaugurar obra pública porque la corté de cuajo. ¿Recuerdan cuando los políticos de la casta se reunían para inaugurar canillas y hospitales que ya habían inaugurado tres veces? Nosotros preferimos la sinceridad. Como la cortamos, no vamos a inaugurar tampoco”.
El presidente insistió en que la recesión ha terminado y que a partir de ahora solo queda crecimiento: “El país está entrando en su mejor momento de los últimos 100 años” y concluyó con su habitual estilo vulgar: “Ya se están viendo las burbujas del pedo de buzo y en poco tiempo la economía estará volando por las nubes, en el buen sentido”.
A unos 60 kilómetros de la Casa Rosada, el gobernador Kicillof presentaba el Presupuesto 2025 en la legislatura bonaerense, resaltando que el rol del Estado es estar al lado de quienes lo necesitan y enfocándose en áreas prioritarias como salud, educación, seguridad, obra pública, generación de empleo y mejora del bienestar de la población.
La presentación del presupuesto estuvo a cargo de la vicegobernadora Verónica Magario y el ministro de Economía Pablo López, quienes destacaron tres ejes principales. El primero es la protección de los sectores vulnerables, con inversiones en programas como el Servicio Alimentario Escolar (SAE), el Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria (MESA), la compra de alimentos y programas sociales para niñez y adolescencia, entre otros.
Se reforzará la inversión en Salud para la compra de equipamiento, insumos e infraestructura, y en Educación, donde se continuará con la universalización de la Jornada Completa, se extenderá la obligatoriedad a la sala de 3 años y se invertirán recursos en infraestructura para universidades nacionales y provinciales ubicadas en la provincia.
Asimismo, se incrementarán los recursos en materia de Seguridad para fortalecer a la Policía y el Sistema Penitenciario Bonaerense, con una inversión no salarial prevista de 1.157.075 millones de pesos.
El gobierno bonaerense seguirá impulsando la obra pública, incluyendo obras escolares, construcción de viviendas, Centros de Atención Primaria de la Salud, hospitales, así como infraestructura de seguridad vial, plantas potabilizadoras, acueductos, desagües pluviales y cloacas, entre otras.
El tercer eje es la producción y el empleo. Los ministerios de Desarrollo Agrario; Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica; Trabajo y la Comisión de Investigaciones Científicas tendrán un rol clave, con una inversión superior a los 200 millones de pesos, complementada con la política crediticia y promoción del consumo del Banco Provincia.
Dos modelos de país: uno que se percibe como brutal y cruel, y otro solidario y enfocado en el bienestar.