Con críticas a Milei y en medio de una interna en el peronismo que aún no logra cerrar sus heridas, Cristina Kirchner asumió ayer la presidencia del Partido Justicialista, en un acto realizado en la UMET. “Este Gobierno no tiene modelo productivo, tiene un modelo de valorización financiera”, afirmó, y agregó: “Estamos en un ciclo de apropiación y depredación”.
La expresidenta estuvo acompañada por los cinco vicepresidentes: el senador José Mayans, la senadora Lucía Corpacci, el diputado Germán Martínez, la intendenta Mariel Fernández y el secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli. Sin embargo, llamó la atención, a pesar de los llamados del senador Mayans, que ninguno de los gobernadores peronistas estuviera presente, ni tampoco las autoridades de la CGT.
Cristina afirmó que el peronismo debe hacerse tres preguntas fundamentales: primero, “qué está pasando”; luego, “por qué”; y, finalmente, “qué hacer”. Luego criticó la política de Milei: “Lo que hoy está viviendo la Argentina es más viejo que el sol. Es la cuarta experiencia de valorización financiera”. Y se cuestionó: “¿Quién va a invertir en una fábrica, en un comercio o en cualquier actividad que genere empleo si tengo un sistema que me permite ganar en dólares? Este es hoy el Gobierno de Javier Milei; que la cuenten como quieran, pero es esto. Y extractivista, consagrado por el RIGI”. Al referirse a la aprobación del régimen en la ley Bases en el Senado, desarrolló el rol del legislador Kueider y se preguntó: “¿Cómo fue obtenido ese voto? Las leyes en contra del pueblo y de los intereses de la Nación se consiguen así”.
Por último, sostuvo que Milei no tiene una buena lectura del contexto mundial. Recordó la última visita a Estados Unidos que hizo el mandatario, cuando estuvo con Trump, y reflexionó con humor que el fanatismo del presidente por Rocky le recordaba al fanatismo que su hijo tenía por el personaje de ficción a los cinco años. Sobre el tratado de libre comercio con Estados Unidos, en el que Milei busca avanzar, advirtió: “Que alguien le avise que no somos complementarios, sino competidores. En su admiración por EE.UU. hay infantilismo y cholulismo”.
Interna caliente
En un momento en que mostraba una tapa de Clarín del año 2015, Cristina realizó una dura crítica a la Central Obrera: “La CGT paraba en esa época”, ironizó, y señaló que los medios de comunicación tuvieron responsabilidad en la pérdida de confianza en la política. “Después de cada ciclo de gobiernos nacionales y democráticos, se embanderan de nuevo con políticas del neoliberalismo en ciclos que yo denomino de depredación y apropiación”, analizó, y concluyó con humor: “Milei vive en Disney, como si estuviera en un cumpleaños”.
En otro tramo de su discurso, Cristina afirmó que es necesario volver a ser “militantes políticos” y dejar de ser solo “militantes electorales”, una crítica que pareció dirigida al gobernador Axel Kicillof. En ese momento recordó que “la historia no empieza cuando uno llega, ni termina cuando uno se va”. También rememoró que ella fue peronista desde muy joven y que hay compañeros del “peronismo tardío” que nunca habían sido peronistas y ahora vienen a explicar qué es el peronismo. Contó que “los que nunca habían sido peronistas te querían explicar qué era el peronismo y te decían lo que tenías que hacer”. Para que no quedaran dudas del señalamiento al gran ausente de la noche, la expresidenta citó a Arturo Jauretche, quien, al hablar sobre enfrentamientos internos en el peronismo, criticaba tanto a los viejos como a “estos jóvenes que se incorporaban con la misma soberbia”.
Un viejo dirigente peronista, que además tiene una gran memoria, comentó sobre las críticas a aquellos años 70 cuando él también militaba y se preguntó de qué lado estaba Cristina en esos años: “Me llamó la atención el comentario de Cristina sobre aquellos jóvenes recién llegados en los años 70, cuando ella reconoció públicamente en un acto del año 2013 que no votó la boleta del FREJULI. Recuerdo que Cristina, en la inauguración de la Casa de la Cultura en la Villa 21 de Barracas, contó que en las elecciones de 1973 votó a Juan Domingo Perón para presidente ‘por izquierda’, con la boleta del FIP de Jorge Abelardo Ramos. Luego, con humor, agregó: ‘Esto me va a costar la excomunión del partido peronista y la tarjeta roja del Consejo Nacional’”.
Y ese viejo dirigente añadió: “No cuestionemos demasiado a los jóvenes, que son la fuerza transformadora y dadora de vida que siempre necesita el peronismo”.
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Se ha convertido en una especie de Cachavacha, ¿no?