Cambiemos, a solo seis meses de haber asumido, no está preocupado por el endeudamiento que creció un 11% o la inflación anual llegará al 42%, sino por la guerra que ya estalló entre la gobernadora María Eugenia Vidal y la diputada nacional Elisa Carrió.
La gobernadora cerró con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien desde hace un mes reúne a intendentes de Cambiemos en su distrito para llegar a diversos acuerdos sobre su candidatura. “Si Mauricio y María Eugenia quieren y entienden que sea así, me siento preparado”, dijo el primo del presidente. Y Ramiro Tagliaferro, intendente de Morón y ex de Vidal, afirmó que “Jorge cuenta con el apoyo de este Foro de Intendentes. Nosotros apoyamos abiertamente su candidatura”.
Elisa Carrió, que no tiene pelos en la lengua, ya salió públicamente a señalar que “Jorge Macri, junto a Gustavo Posse y Sergio Massa están involucrados con el narcotráfico”. Una bomba que no sólo cae sobre el candidato de Vidal, sino también sobre el hombre de Tigre al que asocia su amistad al ex fiscal General de San Isidro, Luis Novo, involucrado al narcotráfico en la denominada ejecución de dos colombianos en el Shopping Unicenter .
A principios de mayo, el presidente Mauricio Macri, molesto con Vidal, por su mala relación con Emilio Monzó, recibió a Lilita en la residencia de Olivos, ofreciéndole que encabece la lista de senadores en la provincia de Buenos Aires, a cambio le pedía que modere sus críticas al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
El enojo de Macri con Vidal, se debe que tanto Vidal como Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, no limaron asperezas para trabajar junto en el armado de la provincia. Monzó está convencido de tejer puentes con algunos intendentes peronistas y con el propio Massa para el 2017, pero desde Vidal optaron por cerrar con Jorge Macri y el radicalismo.
Carrió, que anunció que se tomaba dos meses sabáticos para descansar, avisó con la denuncia de narcotraficante del intendente de Vicente López, que no está dispuesta a ceder su candidatura y no dudará en usar artillería pesada.
La guerra ya estalló entre las mujeres de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. El presidente, por ahora mira desde fuera, pero si las esquirlas de la guerra le llegan a su proyecto político intervendrá.