“Cómo puede ser que vuelva Cristina”, dice un Macri furioso

Por Alfredo Silletta. Los nervios están haciendo estragos en el equipo de campaña electoral del presidente Mauricio Macri, conformado por el presidente, la gobernadora María Eugenia Vidal, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta y el jefe de Gabinete Marcos Peña, más una parva de asesores. Tanto en la Jefatura de Gabinete como en los medios hegemónicos no comprenden el fenómeno de la ex presidenta Cristina Kirchner y la adhesión de la gente. “La matamos durante un año y medio, la hicimos pasear por Comodoro Py, apretamos a sus hijos, le armamos una lista con Randazzo, ahora estamos a punto de expulsar a Julio De Vido del Congreso y las balas no le entran. ¿Que mierda tiene esta yegua?”, dice un legislador de Cambiemos.

Como alguna vez afirmó el general Perón desde el exilio en 1955 cuando le preguntaron que hará para volver y el ex presidente dijo “nada…todo lo harán mis enemigos”. Hoy sucede lo mismo. La gente sufre la brutalidad de los aumentos en las tarifas de luz y gas, en los alimentos, en el transporte, aumentos en los remedios, salarios en baja, despidos, suspensiones por la apertura indiscriminada de productos extranjeros y una inflación que no se detiene. Los bonaerenses consideran en un 65 por ciento que gobiernan para los ricos.

Si tomamos como ejemplo el municipio de La Matanza, sólo en el mes de mayo el consumo disminuyo un 37% en promedio y las localidades más castigadas son Ciudad Evita, donde las ventas bajaron un 49% y la siguen Gonzalez Catán y Gregorio Laferrete con caídas de 44% y 43%.  Entre los rubros que más bajaron se encuentran sectores de carnicería, calzado, bijouterie, verdulería, gastronomía, bazar y perfumería.

En el reciente trabajo de la consultora de Hugo Haime, la imagen del presidente en el Gran Buenos Aires está por debajo del 20 por ciento, de allí que tiene que ir “escondido” a recorrer el conurbano como sucedió en Tres de Febrero que llegó en helicóptero fue a una panadería, se sacó la foto y huyó. Caso contrario, sucedió en la inauguración del Metrobus en La Matanza donde fue acompañado por 1.000 gendarmes y miembros de seguridad.

Con la ex presidenta y candidata de Unidad Ciudadana pasa todo lo contrario.  Sucedió ayer en Paso del Rey, una localidad de Moreno, donde Cristina fue a visitar una pyme textil. Nadie sabía de su visita, pero en pocos minutos, se corrió de boca en boca que Cristina está en el barrio y cientos de personas se acercaron con alegría para saludarla. Había emoción, magia con tocarla, acercarse y sacarse una selfie. No hay vallas, ni policías, es ella y la gente. Desde el programa Animales Sueltos quisieron entender qué sucede, porque la gente dice naturalmente “con ella estábamos mejor, nos dio dignidad, mis hijos pudieron estudiar”.

En el gobierno estaban convencidos que no sería candidata y en caso de serlo saldrían a replicarle sus extensos discursos. Majul que le grita desde su programa “ex presidenta, ex presidenta, tiene que darme un reportaje”. Cristina no habla, o mejor dicho habla poco, el protagonismo lo tiene la gente de carne y hueso que hace un año y medio que sufre esta política brutal de ajuste.

En el gobierno no saben qué hacer para frenar el “cristinazo” como señaló hace unos días el sociólogo Artemio López. Ya asumen que perderán en las PASO pero confían en una campaña del miedo para las elecciones de octubre. Como ejemplo del nerviosismo, Jaime Duran Barba afirmó que “el voto a Cristina es el del narcomenudeo y lo ilegal”. La más positiva es la gobernadora Vidal –no le queda otra ya que fue la responsable de vetar a Elisa Carrió-, de allí que afirma que “ahora estamos instalando a los candidatos y en octubre la gente nos acompañará”. En la Casa Rosada la miran de reojo.

La propuesta de Unidad Ciudadana es simple: que hable la gente. Ahí no hay errores de comunicación.

Durante 18 años, la derecha más brutal persiguió al peronismo. Se prohibió su nombre y todo aquel que se consideraba peronista sufrió humillaciones, cárceles, tortura, fusilamientos y hasta se robaron el cadáver de Evita, pero finalmente el líder volvió a la Patria.

Durante todo el 2016, Mauricio Macri en la mayoría de las reuniones que hacía en Olivos afirmaba ante los empresarios que “el kirchnerismo no existe más, se terminó, convencete”. Hoy todas las encuestas le recuerdan que no es así. “La pastilla por favor”, dice Juliana a una empleada cuando lo ve a su marido regresar de la Casa Rosada en estos días.