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La Plata
24 noviembre, 2024
PAÍS

Milagro Sala: “Me trasladan de una cárcel a otra cárcel”

“La verdad es así: me trasladan de una cárcel a otra cárcel. O sea, mi casa la han convertido en otra cárcel. Yo creo que ni a los genocidas les pusieron Gendarmería en una prisión domiciliaria”. Así lo dice, con dolor e impotencia Milagro Sala, en las primeras horas de su traslado.

En una entrevista a Página 12, precisa que “el juez (Pablo) Pullén Llermanos me dice: ‘usted tiene que salir todos los días a las 9 de la mañana al balcón para ver dónde está Gendarmería, y hacerle señas para que vean que usted está bien’. No quise contradecirlo. ¿Te imaginas todos los días a las nueve de la mañana salir a hacerle señalas a los gendarmes?”.

– ¿Cuál es su sensación en este momento?

– Creo que lo que está pasando es producto de la lucha que hicieron miles y miles de compañeros de todas las provincias, de otros países del mundo, de Latinoamérica. Y quiero decir gracias a todos ellos. De corazón, agradezco lo que hicieron para que pudiese tener la domiciliaria. También quiero agradecer a los chicos que dicen que esto que están haciendo es una brutalidad. La verdad es así.

Por eso, y si bien hay algo de una sensación de alegría, también hay una parte de bronca por lo que siguen haciendo, esa historia de que uno es peligrosa, cuando los que están cometiendo delitos son ellos. Yo, con tal de estar con mi hija, con mi hijo, la verdad… es muy doloroso verlos llegar los días de visita al penal y los venía irse a veces llorando.

Recuerda sus casi 600 días de cautiverio, y dice que “hubo cosas muy dolorosas. Días en los que estaba muy bien. Y días que estaba muy mal. Que me enojaba incluso con mis compañeros del Comité y les pido disculpas. Pero me sentía impotente. Sentirme atada en el penal, que no podía hablar con nadie, que no podía opinar, que no podía defenderme, tantas veces que me han acusado de muchísimas cosas y eso me daba mucha impotencia y bronca”.

Y agrega: “Mis padres me han criado con mucha dignidad. Me decían que nunca tenía que bajar la cabeza. Y acá tenía que bajar la cabeza, me han humillado, me han maltratado mal de una manera que ningún ser humano tiene que ser tratado, incluso ahora me siguen maltratando. Me trasladan a la casa que no es mi domicilio real para poner un camión de Gendarmería. Tengo mucho miedo ahora porque mi marido no está en buen estado de salud. Todo me quitaron y me dejaron sin nada. ¿Te imaginas que cómo salgo de acá? ¿Cómo lo llevo al médico a las dos o tres de la mañana sabiendo que no puedo salir?

Obviamente, no podía dejar de mencionar a su auténtico carcelero, el gobernador jujeño: “Como rival política ellos me tienen mucho miedo. Yo tranquilamente le digo a Gerardo Morales que si cree que las cosas que está haciendo están bien políticamente, que me de la libertad, que me libere y compitamos como verdaderos contrincantes políticos. Porque en este estado no puedo competir con él. Pero él está amenazando a todos, avasallando al que charla con Milagro, al que usa una remera de la Tupac. Los hostiga y persigue. Es una locura. Nosotros incluimos, pensamos en la cultura del trabajo, en la educación y el estudio. Esos fueron los pecados que cometimos y a ellos no les han gustado nada. Hoy en Jujuy hay muchísimos compañeros que no tienen trabajo. Hay mucha pobreza. Se adueñaron de todo Jujuy”.

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