Por Alfredo Silletta. Los grandes empresarios del país hace rato que no confían en el presidente Mauricio Macri que llevó a la destrucción al aparato productivo y al consumo interno. De allí que en los últimos años aportaban a la campaña de Sergio Massa, con la intención que se convirtiera en el hombre del peronismo y sucesor del presidente. Era el Plan B del poder económico.
Desde hace un tiempo, esa lógica dejo de funcionar con los grandes empresarios como Bulgheroni, Brito, Manzano, Vila, Eurnekian y Roca, por mencionar algunos, que decidieron que con Massa no van a ningún lado y buscaron nuevos horizontes. De allí que comenzaron a aportar a las campañas de José Luis Espert y Alfredo Olmedo, más allá que han pedido una gran PASO entre Espert, Olmedo, Urtubey y Massa para definir el candidato.
La propuesta tiene alterado a Sergio Massa que se queda sin recurso y sólo le queda el apoyo del Grupo Clarín, el cual en la campaña electoral decidirá jugar todas las fichas a Macri. Lo que más preocupa al entorno del tigrense es que aparecen encuestas donde Alfredo Olmedo está muy bien en las provincias del Norte y le roba votos a Massa, no a Cambiemos. En cambio Espert sí le saca votos a Macri.
Massa viene cayendo en todas las encuestas. En el último mes, según el CEOP, la consultora de Roberto Bacman, el tigrense bajo de 13,1 al 8,6 de intención de votos. Hoy el país está polarizado entre el macrismo y el peronismo que conduce Cristina Kirchner y no hay lugar para la ancha avenida del medio.
Además, el hombre de Tigre tiene problemas serios en la provincia de Buenos Aires donde los pocos intendentes que lo siguen lo presionan para que arregle con Cristina y que no desaparezca el Frente Renovador de territorio bonaerense. La idea de los jefes comunales es que arregle con el PJ bonaerense para poner un vice y legisladores en la listas, pero solo habrá acuerdo si primero negocia con la actual senadora.
A Massa le queda poco tiempo. Arregla con CFK y el peronismo o corre el riesgo de terminar en el ostracismo.