La foto de Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y María Eugenia Vidal en la quinta de Exaltación de la Cruz, la casa de la dirigente de la Coalición Cívica, donde anunciaron el apoyo a la postulación del juez Daniel Rafecas a la Procuración General de la Nación produjo revuelo en la interna de Juntos por el Cambio.
La foto apareció el mismo día que el ex presidente publicada un tuit “exigiéndole” al gobierno que no “toque al Procurador Casal” si quiere sentarse a dialogar como había pedido Cristina Kirchner. Desde el sector de Elisa Carrió y Rodriguez Larreta le respondieron que ellos apoyaban al candidato del gobierno.
La reunión, obviamente fue más allá de pedir por Rafecas, fue una muestra de un sector de Juntos por el Cambio que planteó la “jubilación” del estilo Macri-Bullrich de la confrontación total con el gobierno hasta que caiga. El llamado sector moderado considera que una debacle política, económica y social puede producir graves consecuencias en la Argentina.
El primer lugar, el peronismo demostró que se había cansado de las movilizaciones de Patricia Bullrich y que si era necesario saldría a copar las calles como se demostró el 17 de octubre y el 27 con el recuerdo a Néstor Kirchner. No es solo un tema de la calle. Todas las encuestas muestran que la imagen de Macri está por el suelo y que su presencia en los medios televisivos lo hundió más todavía. Hoy su imagen positiva está en 23 puntos y la negativa supera el 74 por ciento. Sus propios votantes se molestaron por su falta de autocrítica y la idiotez de escuchar decir que su gobierno terminó el 11 de agosto para no asumir la debacle económica y social que dejó su gestión.
Rodríguez Larreta hizo publico lo que ya había definido en las últimas semanas. En primer lugar avisó que el decidirá la lista de Capital Federal y también la de la provincia de Buenos Aires, aunque en el territorio bonaerense negoció con los intendentes de peso propio. En un principio, Larreta había pensado postularlo a Diego Santilli como primer diputado nacional y a Vidal en CABA para frenar el avance de Patricia Bullrich. No pudo ser ya que los intendentes del conurbano (Jorge Macri, Néstor Grindetti, Diego Valenzuela y Julio Garro) le dijeron que no, ya que ellos consideran que el próximo candidato a gobernador tiene que salir de ese cuarteto y que la única que mantendría la unidad era María Eugenia Vidal.
La ex gobernadora no quería ser candidata porque sabe que su pésima gestión está muy fresca en el recuerdo de los bonaerenses y será castigada probablemente en las urnas. Sabe que es un ‘caramelo de madera’ el pedido de los jefes comunales pero aceptó para fortalecer a Rodríguez Larreta y ya está en campaña, recorriendo todas las secciones electorales.
“No todo lo que reluce es oro”, dijo un alto dirigente del Frente de Todos, pero reconoció que el nombramiento de Rafecas será un paso importante en búsqueda del acuerdo que pidió Cristina y que busca Alberto Fernández.
Mientras tanto el presidente trabaja en varios frentes: el económico, el sanitario y el de un gran acuerdo con el empresariado, los sindicatos, los movimientos sociales y un sector de la oposición. Falta, como pidió la vicepresidenta que harán los grupos mediáticos y la Justicia que siguen bombardeando al gobierno.