Al menos doce municipios de la provincia ya presentaron sus propias normativas para producir cannabis en el mrco de lo que fija la ley Nº 27.350, autorizando el autocultivo de cannabis con fines medicinales. ¿Cuáles son? ¿Cómo trabajan en cada uno?
El gobierno nacional reglamentó la Ley Nº 27.350 el 12 de noviembre, autorizando el autocultivo de cannabis con fines medicinales, a través del Registro del Programa de Cannabis, y también para el fomento de la investigación. El enfoque pasó a ser científico y sanitario, otorgándole al médico “un rol fundamental”. Las obras sociales y prepagas deben garantizar el acceso y el Estado debe asegurar la provisión gratuita de derivados de la planta cuando haya una indicación médica de por medio.
En la provincia de Buenos Aires, que ya adhirió a la ley pero impulsa un proyecto más ambicioso en la Legislatura, ya hay al menos una docena de municipios que vienen fomentando el cultivo.
General La Madrid fue el municipio pionero que se transformó en los últimos años en un ícono del cannabis medicinal en la Argentina. Desde 2014 el municipio decidió impulsar el uso medicinal de la planta atendiendo las demandas de usuarios y pacientes, y en la actualidad lo hacen junto a profesionales del Conicet, el INTA, y las universidades de La Plata y Mar del Plata.
San Martín fue uno de los primeros municipios en adherirse a la Ley Nacional. En la última sesión de 2020 aprobaron una ordenanza para regular el autocultivo con fines medicinales, terapéuticos o paliativos. Incorporarán los derivados de la planta al sistema municipal de salud para el tratamiento de enfermedades, y además avanzan en la autorización de cultivos comunitarios y convenios con el INTA y el CONICET para la investigación. Crearán un Registro Municipal de pacientes.
Otro distrito que también se sumó a la ola verde es Castelli. En noviembre, el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza que regula el cultivo. La idea es apoyada por el intendente Francisco Echarren, quien impulsa un proyecto para plantarlo en 27 hectáreas fiscales, atendiendo a la demanda de ciudadanos, especialmente los adultos mayores. Para eso también fue clave que la comunidad conociera historias de vecinas y vecinas que necesitaron y probaron cannabis medicinal, con cambios comprobados en sus síntomas y disminuciones de dolor.
Coronel Rosales, Rivadavia y San Vicente, con un área de Cultivo Comunitario Municipal de Cannabis Medicinal e Investigación Científica, son otras localidades del interior bonaerense que avanzaron. También en Las Flores, donde la Agrupación Cannábica habla de la nueva norma local como “un gran paso para derrumbar todos los prejuicios”.
Berazategui aprobó una ordenanza para incorporase al programa nacional de investigación sobre cannabis medicinal. Florencio Varela es otro de los municipios que avanza para autorizar el cultivo de cannabis con uso medicinal a través de la Ong Colectivo Cannábico Solidario Flores de Libertad.
En Tigre también avanzaron. En septiembre, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto de ordenanza que permite el autocultivo y crea un registro que asegura el marco legal para tal finalidad. La normativa crea el Registro de Cultivadores Solidarios, Cannabicultores y Familias del Cannabis y sus derivados con el objeto de otorgar licencias “para la plantación, cultivo y producción del cannabis para uso medicinal y/o terapéutico” y “proteger la identidad y privacidad de las personas que integran el registro”.
El municipio de Hurlingham dio el primer paso en 2019. El Concejo Deliberante local aprobó una ordenanza que faculta al gobierno comunal al cultivo público y comunitario de plantas cuyos derivados podrán ser destinados tanto para la investigación como para el tratamiento de personas que necesiten aceite o derivados, y de manera gratuita. La ordenanza fue impulsada porAnnanda Cultiva, una ONG local integrada por un padres y madres de un centenar chicos con enfermedades complejas y tratamientos con aceite de cannabis.
La Plata, Ituzaingó, Avellaneda, Morón y Tres de Febrero son otros municipios que también mostraron su intención de seguir el mismo camino. Además de los beneficios sanitarios, lo cierto es que el cultivo también genera la creación de empleo genuino y mayores ingresos a las arcas municipales.
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