Comodoro PRO al palo: brutal respuesta al presidente

Luego que el presidente Alberto Fernández afirmara hace una semana que “la Corte está mal y lo que era un tribunal prestigioso en los años de Néstor hoy es un tribunal muy poco calificado socialmente”, la Corte y Comodoro Py le respondieron duro al presidente con una serie de fallos para que queda claro donde está el poder en la Argentina.

En pocos día el poder judicial, los medios hegemónicos, el poder económico y político de la oposición, más conocido como lawfare, demostraron que tienen el control. La Corte Suprema confirmó una condena a Milagro Sala, respuesta directa al pedido de Alberto Fernández que revisaran la injusta prisión de la dirigente encarcelada ilegalmente en Jujuy.

El juzgado de Claudio Bonadio, el juez más corrupto de Comodoro Py, con causas inventadas para intentar meter presa a Cristina Kirchner, quedó en manos del juez Julián Ercolini, otro juez PRO que merece ir a juicio político y expulsado de la Justicia.

La decisión de la Cámara de Casación de pasar la causa por espionaje ilegal de Lomas de Zamora a Comodoro Py, donde será investigada por el procesado fiscal Carlos Stornelli y la jueza María Eugenia Capuchetti, cercana al macrismo es otro escándalo.  Por lo pronto, la vicepresidenta Cristina Kirchner le pido al juez Pablo Auge que no entregue la causa donde se apelara a la Corte para frenar este nuevo escándalo. Cristina es una de las víctimas de las escuchas y el manejo ilegal de la AFI, comandada por Gustavo Arribas y el propio Mauricio Macri. El abogado Carlos Beraldi hará una presentación la próxima semana.

Como si fuera poco, en marzo se reanudará el juicio contra Cristina Kirchner por las obras realizadas en Santa Cruz, con peritos truchos que manipulo Javier Iguacel y deberá declarar en la causa por dólar futuro.

Por último, en esa semana se conoció  la denuncia del diputado Martín Soria al mostrar que el presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, visitaba asiduamente los despachos de la Casa Rosada, cada vez que tenía que dictar alguna medida judicial contra la vicepresidenta. “Convirtieron la Casa Rosada en la sede oficial del lawfare”, sintetizó el legislador, que agregó que el despacho oficial del presidente se convirtió a su vez “en la agencia de Clarín y La Nación”.

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