“Es la economía bimonetaria, estúpido”, fue el título de la carta de Cristina Kirchner que publicó días atrás, con una durísima crítica al gobierno de Javier Milei, y que luego se tradujo en un cruce en las redes con el presidente. Pero más allá de los dichos de CFK sobre el rumbo económico de la gestión libertaria, con el correr de las horas quedó en evidencia que el texto tenía como destinatario, sobre todo, a la oposición.
“Lo de Milei sirvió para darle visibilidad y para demostrar su centralidad. Pero ella quiere discutir el eje opositor”, explicó un senador muy próximo a la ex presidenta, para dar por sentado el objetivo de una carta que terminó provocando un cimbronazo puertas adentro del peronismo.
Después de la carta de Cristina, desde el sindicalismo salieron con los tapones de punta, sobre todo por parte de Pablo Moyano, uno de los referentes de la CGT: “No la entiendo, sus cartas no suman para nada”. Otros eligieron el off the record para recordar que “ella fue la vice del último gobierno que logramos, llamado el Frente de Todos”.
Otro sindicalista de peso, como Roberto Baradel, elogió la misiva de la ex mandataria “en términos de plantear una direccionalidad”, pero habló de la necesidad de realizar una “autocrítica”. “Estuvimos 16 años de gobierno nuestro, tenemos que hacer una autocrítica todos”, lanzó.
“Hay cosas que se modificaron y otras no se hicieron, tiene que ver con ese debate. Estar al frente del Estado es muy importante para llevar adelante las transformaciones, tiene que haber un debate y hay que hacer una autocrítica porque hay cosas que se hicieron bien y muchas otras que faltan”, agregó el sindicalista docente.
Por su parte, el secretario general adjunto de la CGT y secretario general de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), Andrés Rodríguez, sostuvo: “Cristina tiene que revisar mejor los números. La población económicamente activa, 18 millones de personas, hoy el trabajo formalizado esta reducido a la mitad, 6 millones de privados y 3 millones de estatales. Esto no es producto del movimiento obrero haya querido que haya informalidad, en realidad es falta de políticas de los gobiernos desde hace bastante tiempo”.
La dirigente judicial y diputada nacional Vanesa Siley rechazó las críticas de Rodríguez a la carta de la ex vicepresidenta: “Me extraña que quiera confrontar con Cristina y no con Milei, siendo que se dice peronista”, indicó, y le pidió al dirigente que recapacite y se movilice, junto a la CGT, contra el veto presidencial a la reforma jubilatoria, recientemente sancionada.
Siley además le dijo a Rodríguez que trastabilla con los números y le advirtió que la disminución de la representatividad sindical, a la que hace referencia CFK, se debe justamente a estos datos que dan cuenta del crecimiento del trabajo no registrado.
Para el entorno de Cristina el objetivo se cumplió, ya que “pateamos el hormiguero” del peronismo. A diferencia de otras épocas, el PJ no esperaba el mensaje de la ex vicepresidenta, cada día más lejos de poder apuntar con el dedo a un eventual candidato único como hizo con Alberto Fernández o Sergio Massa. “Ese último no era nuestro”, se defendió un diputado de Unión por la Patria.