Después de casi un año, la procuradora María del Carmen Falbo presentó ayer su renuncia a la gobernadora María Eugenia Vidal, en una reunión en la sede del Banco Provincia. Allí dejo su “renuncia indeclinable” ante la mirada del ministro de Justicia, Gustavo Ferrari y el elegido para sucederla: Julio Conte Grand, un miembro del Opus Dei.
La gobernadora le había prometido a Conte Grand el cargo de Procurador, pero hasta que las presiones surgieran efecto sobre Falbo lo incorporó como Secretario Legal y Técnico.
En la sociedad civil hay preocupación por el rol que cumplirá el jefe de los fiscales. Conte Grand es un abogado identificado con el Opus Dei, una organización católica conservadora y reaccionaria de derecha. Da clases en la Universidad Católica Argentina (UCA) y en la Universidad Austral (vinculada al Opus Dei). Cursó durante toda la dictadura militar y, antes de llegar a tierra porteña, donde nació, en el tristemente célebre Liceo Militar General Espejo de la Ciudad de Mendoza, entre 1973 y 1976, antes de graduarse como bachiller en el Colegio Nacional “Monseñor Pablo Cabrera” de la ciudad San Juan. Luego estudio Derecho en la UBA, donde terminó con medalla de oro.
Durante el año 2012 fue propuesto por el gobierno de Mauricio Macri como procurador porteño, pero fue impugnado por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), debido a que su ideología “resulta incompatible con los artículos 11, 37 y 38 de la Constitución local.
El argumento central de la CHA fue un artículo publicado en el 2009 para oponerse al matrimonio igualitario. Bajo el título de “La transformación del orden público”, Conte Grand se oponía al matrimonio igualitario: “Reflexionar acerca de los riesgos de la transformación, sin norte visible, de la institución del matrimonio y, por ende, de la familia, núcleo impostergable de la sociedad. Es evidente una desmesura atentatoria de los principios del orden público de la sociedad argentina”.
Hay que recordar que el Opus Dei mantiene una posición beligerante contra la homosexualidad. Sus principales mentores señalan que “la homosexualidad es una enfermedad mental potenciada por padres hostiles, alcohólicos, distantes y por madres sobreprotectoras”.
Merece recordarse que Conte Grand se opuso hace un par de semanas a la resolución la ministra de Salud, Zulma Ortiz, que había adherido a la ley nacional del Protocolo de aborto no punible. La medida eliminaba las barreras de acceso a esta práctica bajo las causales de peligro de vida, en resguardo de la salud de la mujer o cuando el embarazo fuese producto de una violación, a través de procedimientos que, en general, tienen baja complejidad y pueden realizarse en el primer nivel de atención y en forma ambulatoria.
Como procurador porteño, Conte Grand logró una fuerte amistad con la gobernadora –también formada en la UCA como politóloga y acérrima opositora a la legalización del aborto- al tener la defensa jurídica del Estado porteño en áreas calientes que tuvieron a Vidal en el centro de la escena, como el intento de desalojar el Hospital Neuropsiquiátrico José Borda, los litigios por la fallida construcción del Centro Cívico en esos terrenos y una larga serie de casos judiciales en los que el letrado se ganó la confianza de Vidal.
Ahora, Conte Grand tendrá todo el poder sobre los fiscales en la provincia de Buenos Aires y se teme que el oscurantismo del Opus Dei controle los derechos de los ciudadanos bonaerense. Asusta.