CFK le cambió el eje del debate a Cambiemos

Por Alfredo Silletta. Dicen sus allegados, que la noche del jueves María Eugenia Vidal se sentó sola en su casa y miro durante una hora y treinta minutos a la ex presidenta Cristina Kirchner. Luego habló con un par de ministros que le informaron que la ex mandataria tuvo picos de 7,8 puntos, una cifra record para un canal de cable. “¿Tanto midió?, no lo puedo creer”, agregó y comentó lo que la mayoría de los bonaerenses creen: será candidata o el centro de la campaña electoral.

La presencia de Cristina en C5N cambió el eje de la discusión política en la provincia de Buenos Aires. Ya nadie hablará de internas o de la “pesada herencia” sino de las políticas del gobierno de Mauricio Macri. Todavía no anunció si será candidata, pero tanto el oficialismo como la oposición saben que CFK jugará fuerte para derrocar a Macri y frenar lo que será la segunda etapa del ajuste.

La ex mandataria marcó los ejes de la próxima campaña: Declarar la emergencia alimentaria, laboral y tarifaria más una emergencia farmacológica. Todos los ítems que el gobierno se opone a discutir: desde frenar las paritarias, permitir a los supermercados los brutales aumentos y el brutal aumento de las tarifas de luz y gas. “Hay que frenar el aumento irracional e inequitativo de los alimentos, de las tarifas y de los medicamentos y la creciente desocupación”, afirmó cuando fue entrevistada.

Luego reclamó al Congreso legisle para generar controles en toda la cadena de valor en los procesos de comercialización. “El Estado tiene que intervenir en el mercado para evitar los abusos”, subrayó Cristina y reiteró que para frenar los abusos “hay que afectar los intereses de los poderosos”.

No conforme con esos anuncios remarcó que no hay que olvidarse de la deuda externa y de los jubilados. “Debemos aprobar una ley para revisar la deuda, saber dónde fueron los 94 mil millones de pesos”, dijo. La ex presidenta explicó que la deuda y los jubilados van juntos y cuando haya que pagar la deuda meterán mano en la caja de los jubilados como se hizo en los noventa.

Con esas premisas, le será muy difícil a Cambiemos seguir hablando de la “pesada herencia” o las denuncias mediáticas en la Justicia, Lo mismo le sucederá a la alianza de Massa y Stolbizer, que aprobaron la mayoría de las leyes que envió el gobierno nacional.

Desde el peronismo, la mayoría de los intendentes y los principales referentes salieron a respaldar a Cristina Kirchner cuando planteó la necesidad de encontrar la unidad con todos. Daniel Scioli expresó que “la gente nos pide unidad para defenderlos de la segunda etapa del ajuste, de las subas de las tarifas, de la quita de medicamentos a nuestros abuelos, para que cuidemos el mercado interno, la industria nacional y el trabajo argentino”.

Por su parte, Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense, señaló que está “seguro” que el espacio va a alcanzar la unidad antes del cierre de listas, el 24 de junio. “No veo a ningún peronista que no quiera parar el ajuste. La unidad es la garantía de cambiar el rumbo económico desde el Congreso”, analizó.

Por ahora, el randazzismo insiste que haya PASO. Alberto Fernández, jefe de campaña de Florencio Randazzo, cruzó a los intendentes que no quieren ir a internas. “Si los intendentes no quieren, entonces será el fin del peronismo. Nunca pensé que el peronismo no quería escuchar a la gente, esto es el fin del peronismo”, afirmó.  La misma postura de ir a PASO plantearon Eduardo “Bali” Bucca, intendente de Bolívar y Fernando “Chino” Navarro del Movimiento Evita.

Mientras tanto, aparecieron nuevas encuestas donde la ex presidenta es la única dirigente de la provincia que crece en imagen positiva: Pasó del 48,4% al 51,1%, afirmó la consultora de Gustavo Córdoba, recordando que en agosto del año pasado media sólo 42,2% de imagen positiva, un salto de 10 puntos en pocos meses.