Las elecciones están a la vuelta de la esquina y, como un mazazo que golpeará todavía más a la ya alicaída economía de los argentinos, una vez que votemos el Gobierno va a poner en práctica una batería de aumentos en distintos rubros que, inevitablemente, van a contribuir a una suba más pronunciada de los índices inflacionarios del segundo semestre.
Pero eso sí, desde los despachos oficiales la consigna para aplicar los tarifazos en cuestión será “que no se note”, al menos antes de los comicios legislativos del 22 de octubre.
Gas, naftas, celulares y prepagas, son los ítems que sufrirán aumentos , y que golpearán los bolsillos de la población.
En una maniobra burdamente electoralista que busca disimular un nuevo tarifazo del gas, el gobierno dispuso que los meses de mayor consumo no registren un fuerte impacto en lo que se deba pagar, y se pueda postergar para después de elecciones el monto que corresponda al 50 % de las facturas emitidas entre el 25 de agosto y el 31 de octubre.
Justamente, esas boletas incluyen los consumos del bimestre julio-agosto, meses en los que se concentra la mayor demanda anual de gas. La medida busca beneficiar a los clientes residenciales, y la única finalidad es evitar que lleguen facturas con fuertes subas antes de concurrir a las urnas.
Por lo tanto, en la extraña maniobra pergeñada por el ministerio de Energía que conduce Juan José Aranguren, se dispone que una vez pasadas las elecciones, los usuarios deberán afrontar el 50 % que les quedó pendiente, junto con el monto del próximo período, pero para ese momento ya habrán votado. Pero, eso sí, intentando mostrar un rostro sensible, se podrá pagar hasta en cómodas cuatro cuotas mensuales ese aumento…
En cuanto al precio de las naftas, se está negociando contra reloj con las petroleras, para que las subas de los combustibles lleguen a las estaciones de servicio después del 22 de octubre. El objetivo es más que evidente: el Gobierno quiere que estos aumentos afecten lo menos posible el humor social con un aumento que impactará no sólo a automovilistas, sino también a los costos de industrias y comercios.
En tanto, las distribuidoras de energía del interior de la provincia de Buenos Aires emitirán las facturas de luz con aumentos que estarán en torno al 58 % promedio. El incremento, que había sido anunciado por el gobierno provincial pero estuvo paralizado por la Justicia, alcanzará a los usuarios de las empresas EDEA, EDEN, EDES, Edelap y de las casi 200 cooperativas que suministran el servicio.
Mientras, ya se autorizó un alza del 5 % en las cuotas de las prepagas desde el primero de septiembre, mientras que un mes después habrá un ajuste similar. En febrero ya se habían aumentado el valor en un 6 %, al igual que en julio, en tanto en agosto fue del 5 %. En otras palabras, añadiendo las subas de septiembre y octubre, se arribaría a un incremento del orden del 27 % para el año.
Por otra parte, los usuarios de telefonía celular de Movistar sufrirán un incremento de hasta el 12 % a partir del próximo mes, mientras que Personal hará lo propio en octubre.