Después de haber atravesado una semana durísima, el Gobierno, debilitado como está por estas horas, se fijó dos prioridades para los días que vienen: reagrupar fuerzas y retomar la iniciativa.
El nerviosismo no se puede disimular, y existe una inevitable inquietud a la espera de que los mercados se tranquilicen y baje la presión sobre el dólar, aunque eso no descarte nuevos sobresaltos en materia financiera. Por eso mismo, en las próximas horas las principales espadas de Cambiemos se reunirán para evaluar lo que ocurra y, en consecuencia, los pasos a seguir.
En un primer paso para esta lunes con un elevado grado de tensión, Mauricio Macri recibirá a Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, gobernadores radicales, jefes parlamentarios y partidarios del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Allí el tema central serán las medidas controvertidas para poner calma a tanta corrida cambiaria, pero también la sesión en Diputados en la que la oposición buscará poner un freno a los tarifazos.
Cerca del presidente resumen el objetivo del encuentro: “La idea es estar juntos en los momentos difíciles”.
Por ahora, se analiza el efecto que generará la elevadísima tasa de interés del 40 % dispuesta por el Banco Central, que al menos contuvo tanta locura por el dólar, y el consecuente alivio en los despachos oficiales, a pesar de que sobrevuela un estado de alerta para los próximos días respecto de la reacción de los mercados y el impacto de la devaluación y el escenario volátil en los precios.
Más tarde habrá otra reunión en la Casa Rosada, con más referentes para la muestra de unidad, y que también estará encabezada por Macri. Será la llamada mesa nacional, prevista originalmente en Córdoba con la presencia de Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
En el radicalismo anticipan que la reunión de la tarde implicará “un apoyo de la mesa nacional” al Gobierno, aunque cerca del presidente lo relativizaron, al destacar que “la semana pasada no hubo tensión política dentro de Cambiemos”.
En el oficialismo descartan, por ahora, la posibilidad de que las cumbres de hoy sirvan para lanzar eventuales anuncios. De antemano no están previstos, y en todo caso dependerá del comportamiento de los mercados.
Mientras tanto, en el Gobierno prefieren ser cautos y no arriesgar pronósticos. Por eso ponen tanta energía en busca del objetivo de cerrar filas y demostrar que, al menos, tienen el control político de la situación. Después vendrá el inevitable recuento de los daños, y se verá cómo se saldan los pases de factura pendientes.