Una “paritaria permanente”: ese es el pedido que cada vez más gremios están reclamando, con el objetivo de que los salarios empiecen a igualar el aumento del costo de vida, en el marco de una durísima crisis económica causada por una inflación sin control y una corrida cambiario que generó un clima de incertidumbre y más dudas que certezas sobre el rumbo de la economía.
En concreto, sin referencia de precios en las góndolas de los supermercados y con las proyecciones inflacionarias que superarán el 40 % anual, los sindicatos presionan para activar esta especie de paritaria permanente.
“El salto de 35 % del tipo de cambio en agosto va a acelerar la inflación en lo que resta del año, reforzando el reclamo de reapertura de paritarias de los trabajadores para evitar que sus ingresos queden muy rezagados frente a alza de precios”, señala un informe de Ecolatina que se conoció en las últimas horas, aunque se advirtió que “la profundización de la recesión moderará la demanda de ajuste salarial de los trabajadores privados (registrados e informales) producto de un creciente temor al desempleo”.
Ante este panorama, los gremios ya exigen subas de hasta un 40 %, que es la proyección de la inflación para este 2018 que prevén varias consultoras privadas. Asimismo, varios que cerraron en un 15 % van a revisar sus acuerdos después de que éstos quedaron completamente desvirtuados ante la crisis. Incluso el aumento que había peleado Hugo Moyano para Camioneros de un 25 % ya caducó.
En tanto, dentro de los estatales los docentes bonaerenses son lo más conflictivos. Piden una suba del 40 %, y esta semana programaron un paro por 48 horas. Sin embargo, la última propuesta de la administración de María Eugenia Vidal fue del 20,7 % muy por debajo de las exigencias del sindicalismo.
Uno de los pocos acuerdos que quedarían por encima de la inflación es la de los pilotos de Aerolíneas Argentinas que pactaron con cláusula gatillo, por lo que la recomposición salarial se realizará de forma automática. A principios de año, el Gobierno y sectores cercanos habían pedido que no se usara más este instrumento, por lo que promovió en su lugar la cláusula de revisión, en el que las partes están obligadas a sentarse para iniciar una nueva negociación.
Desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada, jamás se pudo controlar la inflación. En 2016, el presidente pronosticó “entre 20 y 25%” anual, pero el Índice de Precios al Consumidor del Congreso cerró con 40 %. En 2017, las metas inflacionarias trazadas fueron de entre 12 y 17 %, pero el Indec, en su regreso, registró una inflación anual de 24,8 %. Y en 2018 la meta inicial fue de 15 %.
“Nos pidieron que pongamos el hombro. Aceptamos el 15% y no armamos quilombo”, dijo un dirigente de la CGT que reconoció que la pérdida del poder adquisitivo es algo que se arrastra desde hace años.