“La idea es que sea una reunión pacífica y tranquila”, dice una y otra vez Patricia Bullrich respecto a la cumbre del G20 que en pocos días más sesionará en Buenos Aires. Claro que la tranquilidad a la que se refiere la ministra, estará dada por el impresionante despliegue de seguridad que convertirá a la Capital en una ciudad literalmente militarizada, digna de una película de ciencia ficción.
Entre los gastos que destinó la cartera de Seguridad, se destacan 120 pistolas semiautomáticas por 82.700 dólares, 20 furgones por 1,7 millones, tres lanchas por 109 millones, cinco camiones hidrantes por $58 millones y 20 motos por $3,3 millones. Para tareas de inteligencia, desembolsará US$ 289.000 en pos de contar con tres intercomunicadores, y US$ 96.600 para bloqueadores telefónicos.
También, se adquirieron tres camiones autobomba por $ 58 millones y 2000 uniformes ignífugos para la Gendarmería valuados en más de $ 6,5 millones. Además, habrá 22.400 efectivos, entre gendarmes, Policía Federal, Prefectura Naval y Policía aeroportuaria, sumado a las decenas de guardaespaldas que acompañarán a los distintos presidentes que llegarán para el encuentro.
Pero tan exagerado es el dispositivo pergeñado por Bullrich, que el servicio de trenes, subtes, colectivos y combis estará afectado durante los días de la cumbre. Los ferrocarriles no funcionarán el viernes 30 ni sábado 1, mientras que las estaciones cabecera de Retiro, Once y Constitución permanecerán cerradas. Lo mismo pasará con el Puerto de Buenos Aires, por lo que condicionará el funcionamiento de Buquebus.
Aeroparque solo operará con comitivas oficiales para la cumbre, por lo que estará cerrado desde el jueves 29 a las 15 y hasta el sábado 1 a las 22, mientras que el aeropuerto de El Palomar tampoco funcionará, y sólo operará el de Ezeiza, aunque con un protocolo especial para no afectar los vuelos comerciales.
En tanto, alrededor de los hoteles de cinco y cuatro estrellas porteños habrá dispositivos especiales de seguridad. Otro de los lugares claves a vigilar sería el Teatro Colón, donde está previsto que el presidente Mauricio Macri sea anfitrión de la cena oficial la noche del viernes 30.
Además, se desplegarán 15 grupos antitumultos fuera de la zona central de la cumbre. Habrá tres anillos de seguridad; el más externo bloqueará los márgenes más cercanos a la zona portuaria de la villa 31, tendrá un puesto fuerte en la calle Salguero detrás del Paseo Alcorta, y alcanzará los ingresos a la Ciudad Universitaria.
En el anillo exterior se ubicarán la Policía de la Ciudad y los destacamentos móviles de la Gendarmería, que será el “músculo” principal frente a posibles disturbios. En el interior del perímetro habrá un segundo anillo de control, con unidades de gendarmes. Mientras que en las inmediaciones de la sede estarán bajo el control de la Policía Federal.
En cuanto al río y las costas, la Prefectura estará a cargo de su resguardo. Allí operará el grupo de seguridad y buzos tácticos Albatros con 23 embarcaciones, entre ellas, las dos lanchas artilladas Shaldag recientemente adquiridas a Israel, que cuentan con ametralladoras pesadas calibre 50.
Como si fuera poco, las tareas contarán con la asistencia de los Estados Unidos, que pondrán a disposición un buque con radares, un avión con sistema Awacs (de vigilancia y alerta temprana) y otros equipos para custodiar los cielos.
Además, los Estados Unidos improvisarán una base en Uruguay para garantizar la seguridad del presidente Donald Trump, durante su visita oficial al país.