Las elecciones de octubre están a la vuelta de la esquina, y a la hora de sacar cuentas ante un escenario tan negativo como el que muestran las encuestas, en el Gobierno salen a buscar con desesperación el voto religioso, particularmente de los sectores evangélicos, de la comunidad judía y de los católicos anti K.
Por un lado, tanto Mauricio Macri como la gobernadora María Eugenia Vidal sueñan con replicar la estrategia que el ultraderechista Jair Bolsonaro llevó adelante en Brasil, que contó con el decisivo apoyo de los pastores evangelistas para convertirse en presidente
“Vetalo, paralo, buscale la vuelta, si esto sale va a ser un escándanlo”, le llegó a advertir el pastor evangélico Jorge Sennewald a Macri, al exigirle que frene las modificaciones a la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). A cambio, Sennewald y otros pastores habrían ofrecido su estructura religiosa para distribuir mercadería e intentar apaciguar los efectos de la profunda crisis social que parece no tener freno.
“Tenemos una congregación en cada barrio”, le dijo al presidente y a Vidal al ofrecerles una red que se calcula en 7.700 templos en la provincia de Buenos Aires (4.500 de ellos en el Conurbano bonaerense).
Juntos por el Cambio necesita los votos evangélicos para derrotar a Fernandez-Fernández, y cerró un acuerdo proselitista que se ejecutó en la lista de legisladores porteños y de diputados provinciales de Buenos Aires: Dina Rezinovsky en Capital Federal, y Gabriel en las listas bonaerenses.
Es poco probable que Rezinovsky y Mraida obtengan una banca, pero sus nombres están ahí a cambio de un apoyo de los evangélicos a la campaña presidencial oficialista. Es la primera vez que Cambiemos hace este acuerdo político con pastores que conocen a fondo la provincia de Buenos Aires.
En tanto, días atrás Macri tomó la decisión política de considerar a Hezbollah una organización terrorista -Argentina es el único país en América Latina-, mientras que mantiene relación personal con el premier israelí Benjamín Netanyahu e hizo lo indispensable para evitar que la denuncia del fiscal federal Alberto Nisman contra CFK quedara archivada para siempre.
Esta política de Estado, que facilitó también la inclusión del país en la agenda global, determinó que la comunidad judía apoye la reelección presidencial. Eso sí, reconocen en los despachos oficiales que el respaldo al candidato oficialista no implica que haya un aval directo al programa de Gobierno, pero en la comunidad judía prefieren enfrentar esta crisis financiera que un triunfo de los Fernández.
Y en la búsqueda de los votos católicos, los estrategas del oficialismo sostienen que aquellos que en las PASO apoyarán a Lavagna, Espert y Gómez Centurión se transformarán en “votos útiles” cuando calculen que su rechazó al oficialismo significaría un apoyo directo a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.
Entonces, el cálculo es simple y se asienta en un hecho histórico, acorde a lo que explican en Casa Rosada: la grey católica es “gorila” y preferirá que gane Macri a un eventual regreso de CFK al poder.
1 comentario
me dirijo al pastor sennewald y al grupo depastores que lo secundan,predique le al presidente todo lo que Cristo hizo aquí en la tierra para que el ser humano salga de la esclavitud, traté de qué el presidente entienda que está gobernando seres humanos.