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La Plata
6 mayo, 2024
PAÍS

Ya con el gabinete “prácticamente definido”, Alberto y Cristina muestran unidad y equilibrio de poder

En la noche del lunes pasado, apenas dejó el departamento de Cristina Kirchner en Recoleta, Alberto Fernández aseguró que tenía el gabinete “prácticamente definido”. A menos de 20 días de asumir, el presidente electo necesita transmitir una imagen de fortaleza y unidad que desde los grandes medios intentan empañar, y de ahí la importancia de esa especie de “eje de construcción unificado” que fue construyendo con su compañera de fórmula.

“Alberto y Cristina saben que se necesitarán mutuamente. Aquí no hay competencia alguna ni peleas por espacios de poder”, aseguró uno de los referentes del mandatario electo que diagrama en estos días desde las oficinas de Puerto Madero el nuevo perfil del gobierno que tendrá la Argentina los próximos cuatro años.

Y tras sostener que “no habrá doble comando”, a la hora de la toma de decisiones, cerca de Alberto rechazan la idea de un gobierno atado a los caprichos de Cristina y, por el contrario, hablan de “gestionar la unidad en la pluralidad” bajo un mecanismo de equilibrio de poderes.

En este contexto, y en lo que vendría a ser la “letra chica” del acuerdo, hay cinco reclamos, sugerencias o pedidos concretos que la ex presidenta planteó en los últimos días, y que Fernández aceptó como parte de este juego de “equilibrio de poderes”. Se trata de un esquema de poder planteado sobre la base de “la unidad en la diversidad” y en esa “lógica de la concordia” que busca Fernández.

1.- El nuevo Senado: Cristina pidió expresamente que haya un bloque unificado en la Cámara alta y que el jefe de esa bancada sea el formoseño José Mayans. El planteo le cerró perfectamente a Alberto, porque así podrá mantener en línea a la liga de gobernadores, ya que Mayans es un hombre que responde al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán.

2.- Diputados en equilibrio: la jugada de colocar a Máximo Kirchner al frente del bloque del Frente de Todos en la cámara baja fue acordada por Sergio Massa y Alberto Fernández. “Ahora empieza otro tiempo político, y las cámaras se reordenan”, justificó el futuro jefe de Gabinete Santiago Cafiero.

Con la llegada de Máximo y la concesión a Cristina Kirchner, el futuro presidente de la Cámara de Diputados se aseguró también cierto “equilibrio de poder interno”. Es que Massa tendrá un rol decisivo en Diputados y un peso muy fuerte.

3.- El regreso de Zannini y Ginés: cuando todos veían desterrada la idea de un regreso al poder de dos de los aliados históricos de Cristina al poder, surgió la decisión de que el ex secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, sea designado procurador del Tesoro, el órgano que dirige el cuerpo de abogados del Estado y sus vínculos con la Justicia. El otro eslabón de un viejo reclamo es Ginés González García, quien volverá como ministro de Salud a pesar de que en el albertismo habían pensado para ese cargo en Pablo Yeldin, referente del gobernador de Tucumán. Juan Manzur.

4.- Embajadas clave: En el organigrama de la política exterior ya hay casilleros que empezaron a ocuparse. A la vicepresidenta electa le interesa en particular la relación con China y Estados Unidos. Los nombres que hay en danza forman parte de este juego de concesiones mutuas entre Fernández y CFK. Para Estados Unidos se destinaría a un hombre de extrema confianza del presidente electo como es Jorge Argüello, y para Beijing aparece el nombre de un joven dirigente del kirchnerismo, Sabino Vaca Narvaja.

5-El traspaso de poder. Hasta la semana pasada se habían acordado tentativamente entre Alberto Fernández y Mauricio Macri los lineamientos centrales del traspaso de mando que incluían la entrega del bastón y la banda presidencial en la Casa Rosada como tradicionalmente se hizo en la Argentina. Pero todo cambió después de aquella reunión en el departamento de Recoleta de Cristina Kirchner.

El presidente electo optó por hacer todo el traspaso en el Congreso y obligó a Macri a este movimiento que no tenía previsto. “Cristina no tuvo nada que ver en esa decisión. Fue un tema exclusivo de Alberto que quería homenajear a Néstor”, dijo un colaborador del presidente electo. La explicación radica en que al entregar en 2007 el poder a Cristina Kirchner, Néstor Kirchner rompió el protocolo de la Casa Rosada y realizó todo el traspaso en el Congreso. La decisión de Fernández responde a su idea de emular desde lo gestual hasta la política a la administración de Néstor. La secuencia se completará con el auto descapotable de la Presidencia que llevará a Fernández y a Cristina Kirchner del Congreso a la Casa Rosada como una muestra fiel de ese “equilibrio de poderes” o “unidad en la pluralidad” que se propone cumplir el nuevo gobierno.

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