Aunque no se sabe si finalmente podrán ir a las urnas, los radicales están librando una batalla interna para renovar autoridades en el Comité Provincia que hoy preside el ex vicegobernador Daniel Salvador. Cómo es la pelea y el impacto que tendrá en Juntos por el Cambio.
Las elecciones están convocadas para el próximo 11 de octubre. Los candidatos que se disputan el trono que dejará el ex número dos de María Eugenia Vidal son dos: el presidente del bloque de diputados provinciales de JxC, Maximiliano Abad, y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Hay una grieta entre ambos y es por el rol que asumió en los últimos cuatro años la UCR dentro de la coalición Cambiemos.
Abad es ahijado político de Ernesto Sanz, quien reapareció después de años de silencio para ponerle fichas a su candidatura, y se jacta de tener el respaldo de la mayoría de los intendentes radicales y de los legisladores bonaerenses. En las últimas semanas cosechó el apoyo de la Juventud Radical de la provincia y de Mario Negri y Luis Naidenoff, caciques de la UCR en el Congreso. También cuenta con el apoyo de la ex gobernadora, quien lo sostuvo al frente de la presidencia del bloque pese a que pretendía ese lugar para su espada legislativa, Alex Campbell.
Aunque en la última interna lo enfrentó, Abad defiende el legado de Salvador y cree en la unidad estratégica de JxC. Más áun: pretende que sean los radicales los que lideren la coalición. El diputado sostiene que el rol de la UCR es “ser oposición a un gobierno que pretende llevarse todo por delante”. Y considera que el partido será protagonista en 2023: “Los radicales estamos de pie, queremos liderar la coalición y queremos ser gobierno. Ese es nuestro desafío”.
En la otra vereda está Gustavo Posse, quien cuenta con el aval de Federico Storani, Juan Manuel Casella, Emilio Monzó y Martín Lousteau. El intendente critica en fuertes términos el rol pasivo que tuvo la UCR en los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri y de Vidal y habla incluso de “servilismo”.
“Es momento de decidir si el radicalismo se para sobre sí mismo y decide terminar con la etapa de sumisión y servilismo que predominó en los últimos cuatro años”, señala Posse, quien acusa a Salvador y Abad de haber permitido que el Pro sometiera al radicalismo mientras fueron gobierno.
El apoyo más fuerte es el de Lousteau, quien ya se puso la campaña de Posse al hombro y comenzó a hacer lobby pensando también en su propio proyecto presidencial. En un encuentro por Zoom, el senador llamó a romper el “statu quo” de la UCR para ser “protagonistas” en la provincia y en el país.