Parece un título exagerado pero no lo es. Desde que el Frente de Todos ganó las elecciones del año pasado el establishment económico y político trabaja para desgastar al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Utilizan el periodismo de guerra de los grandes medios orquestados por el Grupo Clarín, La Nación e Infobae para movilizar a los sectores más reaccionarios de la sociedad con consignas como la “falta de libertad”, la “reforma judicial”, la “corrupción” y todos los males encarnados por “Cristina Kirchner”.
Cómo no alcanza la presión mediática para acorralar al gobierno nacional, en las últimas semanas comenzó un ataque directo hacia el Congreso nacional por parte de la Justicia “prohibiéndole” que legisle, algo inédito en una democracia. La jueza federal, la Dra. María Alejandra Biotti, ordenó al Senado de la Nación que suspende el tratamiento de los pedidos de acuerdo de los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, lo que convertiría al Senado en caso de aceptar, en un ‘gobierno de los jueces’ algo que niega la propia Constitución Nacional cuando habla de los tres poderes que constituyen la República.
No es la primera vez que la Justicia intenta hacerse cargo de la Casa Rosada, más allá que nunca fueron elegidos por el voto popular. Es la fantasía de muchos jueces comandados por Ricardo Lorenzetti, quien siempre aspiró a sentarse en el sillón de Rivadavia. Claro, nunca pensó en llegar a ese lugar por el voto popular. Horas después de la marcha golpista opositora, el juez de la Corte señaló que “existe una aceleración del control social muy grande” en el marco de la pandemia y afirmó que “la situación de emergencia tiene que tener un plazo porque las decisiones se empiezan a concentrar demasiado” y llega el “riesgo del autoritarismo”.
En realidad, más que el sueño afiebrado de muchos, es una estrategia del establishment económico para asegurarse un gobierno que no tome medidas ‘populistas’ que beneficien a los más pobres y perjudican sus negocios, un gobierno que anule todas las leyes laborales.
El establishment y la Corte ya trabajan para destituir el gobierno de Alberto Fernández
Hay una historia que merece recordarse y que sucedió en las vísperas del 17 de octubre de 1945, cuando la Corte estuvo a punto de hacerse cargo de los destinos del país, algo que está nuevamente en las mentes de muchos jueces.
Aquella historia comenzó en el 19 de septiembre de 1945, en la llamada Marcha por “la Constitución y la Libertad”, pidiendo que termine el gobierno comandado por Farrell y Perón. Miles de manifestantes se reunieron en la Plaza de los dos Congreso y marcharon por la avenida Callao hasta Plaza Francia. Al frente de la misma se observaba a todo el establishment de Buenos Aires: Joaquín de Anchorena, Rodolfo Ghioldi, Nicolás Repetto, Alfredo Palacios, José Tamborini, Ernesto Sanmartino, Carlos Saavedra Lamas, Mariano Castex y José María Cantilo, entre otros. La avenida Callao fue una fiesta y hasta se sumó a la misma el embajador norteamericano Spruille Braden. Los cánticos más recurrentes, además de las estrofas de La Marsellesa, fueron los siguientes: “Votos si, botas no”, “Desde el cabo al coronel, que se vayan al cuartel”, “Con tranvía o sin tranvía se quedaron en la vía” y “A Farrell y Perón hoy le hicimos el cajón”.
A partir de allí la presión hacia el gobierno fue muy fuerte para que dejara el poder. La Marina sacó un documento firmado por 30 almirantes y parte del Ejército, que no veía con buenos ojos el crecimiento de la figura del coronel Perón y su relación con los obreros, apoyaron un cambio drástico. La oficialidad de Campo de Mayo le pidió la renuncia al coronel Perón a la vicepresidencia y a la secretaria de Trabajo. El presidente Farrell aceptó su destitución pero el establishment no se conformó con esa medida. Días después pidió la cárcel para el coronel y que el presidente entregara el gobierno a la Corte. La gente de barrio Norte salía a la calle alborotada y se reunía por aquellos días en la Plaza San Martín, frente al Círculo Militar.
Farrell llamó al Procurador de la Corte, el Dr. Juan Álvarez para que formara un gabinete civil de notables hasta que se realizarán las elecciones en 1946. Los sectores más nacionalistas que miraban con buenos ojos a Perón y al radicalismo no estaban convencidos de volver a un régimen anterior a 1943.
De jauretche a Sabbatini: “Sepa doctor que la historia ha pasado al lado suyo y usted la ha dejado escapar”
Dentro del radicalismo, figuras como Arturo Jauretche y Arturo Frondizi se reunieron con el dirigente radical Amadeo Sabbatini, para que se hiciera cargo del gobierno y frenar a los sectores reaccionarios del establishment, pero el dirigente cordobés creyó que había que entregar el el gobierno a la Corte y esperar las elecciones. Jauretche cuanta que insistió que se hiciera cargo del gobierno como se lo pedía el general Avalos y que despidiera con honores la coronel Perón que se había ganado el corazón de los humildes. El radical se opone, creyendo que Perón estaba terminado y Jauretche dice una frase memorable: “Sepa doctor que la historia ha pasado al lado suyo y usted la ha dejado escapar. Nunca más tendrá esa oportunidad. Usted ha terminado políticamente. Adiós”
El Procurador forma un gobierno compuesto por la dirigencia más rancia y oligárquica, todos integrantes de la Década Infame y serviles los intereses extranjeros. Cuando alguien le preguntó porque se decidió por ese tipo de personajes, la respuesta fue típica: “¡Pero sí son apolíticos!”.
Mientras los diarios festejaban esos nombres y la detención de Perón, el subsuelo de la patria comenzaba a sublevarse en cada fábrica y rincón de la Argentina. Lo que sucedió después es historia conocida. Miles de trabajadores salieron a la calle y marcharon hacia la Plaza de Mayo a pedir por la liberación del coronel Perón en aquella histórica jornada del 17 de octubre.
Luego del triunfo electoral de 1946, el oficialismo le inició juicio político a la Corte Suprema, el cual finalizó en 1947 con la destitución de sus miembros más la del Procurador Álvarez. Los argumentos fueron contundentes: desde haber convalidado con sus acordadas de 1930 y 1943 gobiernos de facto y emitir fallos políticos para impedir los fines sociales de último gobierno ha haber negado a tomar juramento a los camaristas de la Justicia del Trabajo, retardando así el funcionamiento del fuero laboral.
A 75 años de aquel intento de la Corte de hacerse cargo de un gobierno, hoy se percibe que con el apoyo del establishment económico y la oposición, los jueces van otra vez por un gobierno que fue hace solo un año elegido democráticamente. El peronismo, una vez más, es el único que puede frenar esta envestida de la Justicia que desprecia a las mayorías populares y que considera que el Poder Judicial esta por encima de todos los argentinos.
2 Comentarios
En este golpe va a correr sangre pero de ustede no cómo en 55 que cayeron más de los nuestro cortenla ya hartan cuando pierden son intolerables no saben perder y eso que perdieron por escándalo asique ya lo saben va a correr sangre jajaja pero la ustedes no la sigan agitando ratas inmunda
Si la gente viene peregrinando a lujan y son mas de 2 millones, hay que hacer lo mismo pero al revés. Ir a la plaza de mayo el 17 de octubre y llenar CABA con millones de personas para demostrarles que si quieren hacer eso, nos van a tener que matar a todos