Sin una convocatoria orgánica y con presencias “a título personal”, el macrismo se sumará al ‘tractorazo’ que un sector del agro llevará adelante mañana desde distintos puntos del país a la Ciudad de Buenos Aires.
De esta manera, con frases altisonantes, recurriendo a la demagogia más berreta y hablando para la tribuna de los odiadores que sistemáticamente se oponen a todo lo que haga y diga el Gobierno, la marcha contra las “presiones impositivas” se mezclará con el rechazo a la jugada política del Frente de Todos en el Senado, que permitió incorporar a uno de sus legisladores al Consejo de la Magistratura, lo que significó un duro golpe para el PRO.
En otras palabras, el ‘tractorazo’ en cuestión será más de lo mismo, ya que en realidad volverá a ser otra exteriorización de antiperonismo, y de rechazo a la gestión de Alberto Fernández. Son los mismos que también se manifestaron a favor de Vicentin o por el fin de la cuarentena. En definitiva, todo vale para exteriorizar el odio.
Y hoy mismo, a horas de la movilización, ese odio se transformó en amenaza directa, cuando la agrupación “Campo + Ciudad” lanzó un temerario comunicado en respaldo al ‘tractorazo’: “Queremos nuestro país de vuelta. Nos lo van a devolver, por las buenas o por las malas”. Y agrega que “el 23 marchemos para exigir que bajen el gasto público. No se trata de dinero, sino de dignidad”.
“Es el reclamo de un pueblo que se cansó de vivir mal para que sus políticos vivan bien. Porque el dinero que ellos despilfarran no sale de la nada. Nos los sacan a los argentinos, a todos los que generan riquezas invirtiendo o trabajando”, señalaron desde la entidad.
En tanto, desde el macrismo se confirmó la presencia de Patricia Bullrich, presidenta del PRO, que anunció que mañana va a marchar “defendiendo al campo, para que no haya más impuestos y se respeten las instituciones en nuestro país”. Su núcleo más cercano y duro, comandado por los diputados Fernando Iglesias y Waldo Wolff también dijo presente en redes sociales, al igual que Ricardo Buryaile, ex ministro de Mauricio Macri, y Luis Petri.
Nosotros estamos de rodillas, ¿cuándo nos vamos a levantar? ¡Saquemos al país de esta catástrofe y desgracia!”. Esta fue una de las apocalípticas frases que, como una especie de declaración de guerra, lanzaron productores agropecuarios tiempo atrás durante una asamblea en la localidad de San Pedro, y que de hecho fue el punto de partida para que quienes se consideran los dueños de “el campo” convocaran a marchar hacia los centros urbanos para pedir por la libertad de “comerciar y expresarse”.
En tanto, esta mañana la portavoz de la Presidencia de la Nación, Gabriela Cerruti, arremetió contra el ‘tractorazo’ del campo. En su habitual conferencia de prensa, la funcionaria admitió que no entiende el motivo de la marcha, ya que no se anunció ninguna suba de retenciones.
“No es que hubo ‘también’ como en el gobierno de Mauricio Macri suba de retenciones, no es así porque no hubo suba de retenciones a los productores”, remarcó la portavoz. “Están marchando por las dudas”, sostuvo Cerruti, diciendo que la marcha se trata de algo “absolutamente político”.
La marcha de mañana cuenta con el apoyo de más noventa agrupaciones vinculadas al agro y también de cámaras empresariales y asociaciones ciudadanas, pero esta vez sin el respaldo de la Mesa de Enlace agropecuaria.
Según se anticipó desde distintos sectores, los productores se movilizarán en tractores, camionetas y otros vehículos, y exigirán al gobierno nacional que “escuche” el reclamo del campo, para concluir a las 15 en la Plaza de Mayo y el Obelisco, donde se leerá un petitorio.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, criticó la marcha opositora, y recordó este viernes que el Gobierno nacional “no tiene jurisdicción sobre la Ciudad de Buenos Aires” en cuestiones de seguridad.
Además, criticó a la administración porteña por autorizar el ingreso a la ciudad de los tractores en el marco de la protesta de ruralistas.
Según sus organizadores, el ‘tractorazo’ fue convocado por varios motivos: en rechazo a la suba de retenciones a los derivados de la soja que determinó el Gobierno para contener el precio de la harina, y como anticipo al proyecto oficial para gravar la “renta inesperada” generada por la guerra en Ucrania.
Pero a diferencia de otras movilizaciones campestres, esta vez se produjo un fuerte rechazo en los sectores mayoritarios y más institucionalizados de la ruralidad, que cuestionan la marcha por darse en un momento complejo para la sociedad ante el alza inflacionaria y, además, en tiempos en los cuales los precios internacionales récord y el impacto global de la guerra en Ucrania siguen generando márgenes de ganancia muy por encima de la media en buena parte del sector.
Y para dimensionar mejor el cariz ideológico de este malestar de “el campo”, en la asamblea realizada en San Pedro, fue ovacionado el diputado nacional Javier Milei, de La Libertad Avanza, que hizo duras críticas al Gobierno y señaló ante los productores: “Me voy a comprometer a acompañarlos en esta batalla, porque no es solo una batalla por los derechos de propiedad; es una batalla por la libertad. Por la libertad vamos a terminar con un sistema totalitario”.