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19 abril, 2024
PAÍS

Atentado contra CFK: mientras buscan esconderlo, en el macrismo están golpeados por la pista Milman

Ante la bola de nieve en que se está transformando el papel de Gerardo Milman en torno al intento de magnicidio contra Cristina Kirchner, se supo que Mauricio Macri le pidió a Patricia Bullrich que tome distancia del diputado: hasta hace un mes, quien llegó a ser su mano derecha era presentado por la titular del PRO como su jefe de gabinete si llegaba a la Casa Rosada, pero de buenas a primeras desapareció de los actos y conferencias de la ex ministra de Seguridad.

“Lo borró”, sintetizó una fuente del PRO. El cúmulo de indicios que de alguna manera lo ponen en contacto con el intento de asesinato de la vicepresidenta y el mundo marginal que lo instrumentó, llevó a Macri a recomendarle a Bullrich que lo margine, al menos hasta que se aclare la situación.

Es que el impacto de las acusaciones es tan evidente que Milman incluso dejó de cumplir sus obligaciones como diputado, y ya ni se lo ve por el edificio de la Cámara baja.

El legislador había sido el principal ladero de Bullrich durante su gestión en el Ministerio de Seguridad, donde afianzó su relación con el mundo de la inteligencia y las fuerzas de seguridad. Un rol clave que se mantuvo ya en el llano, cuando su jefa asumió como presidenta del PRO.

El año pasado Bullrich intentó sin éxito que Milman fuera presidente del bloque PRO, pero no consiguió imponerlo, y se conformó con ubicarlo como vice de Cristian Ritondo, quien en las últimas sesiones debió conducir la bancada en soledad.

El diputado quedó en el ojo de la tormenta cuando un asesor del diputado Marcos Cleri reveló que lo escuchó anticipar en el bar Casablanca el atentado a la vicepresidenta. “Cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”, afirmó el testigo que le escucho decir a dos de sus asesoras, una de ellas una ex miss argentina que durante la gestión de Macri colocó al frente de la Escuela Nacional de Inteligencia.

Las cámaras de la zona confirmaron que a esa hora y ese día estuvo en el bar con sus asesoras, pero ellas negaron la frase. Sin embargo, alimentó las sospechas que semanas previas al atentado, Milman exhibió una extraña obsesión por conocer en detalle cómo se conformaba la custodia de CFK. Esto llevó a la vicepresidenta a recusar a la jueza María Eugenia Capuchetti, por no citarlo a declarar ni profundizar la investigación de la “pista Milman”.

Hace una semana, la Cámara Federal Porteña rechazó la recusación de la magistrada, pero le ordenó que profundice la investigación del vínculo del diputado con el atentado. Capuchetti es una de las juezas federales de Comodoro Py que logró nombrar el macrismo, y siempre se la vinculó a Daniel “El tano” Angelici.

Si bien al inicio de las acusaciones, Milman recibió un comunicado de respaldo del bloque de Diputados PRO, cuando Cristina Kirchner hizo propia las denuncias, no se lo vio más por el Congreso.

Bullrich reaccionó con virulencia al video de Cristina contra su mano derecha, pero llamativamente (o no tanto) dejó de mostrarse junto a él.

Macri ya le había pedido a Bullrich en abril que tomara distancia de Milman, cuando supo de un control de tránsito de la Ciudad detuvo a una de sus secretarias, Luz Lanusse Peralta Ramos. No tenía cédula verde ni azul y el auto estaba a nombre de la empresa Metalúrgica Oliva, proveedora del Ministerio de Seguridad durante la gestión de la ex ministra.

La versión que llegó en ese momento al ex jefe de Estado es que Milman se presentó a las 2 de madrugada en la comisaría, dijo que el auto era suyo y luego denunció a los agentes de tránsito. El episodio es apenas una de una serie de desprolijidades, que al quedar en el ojo de la tormenta empezaron a trascender.

En el bloque del PRO ahora temen que la lupa se pose sobre una gran cantidad de contratos que supuestamente recibió el diputado apenas asumió, de una envergadura similar a las de un jefe de bloque, al parecer como parte del acuerdo alcanzado en su momento para bajarse de la pelea por la conducción de la bancada.

Como parte de ese despliegue trascendió que habría contratado a la ex titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, como asesora con un sueldo de $ 400 mil.

Frente a esta suma de escándalos y la inquietud que genera lo que puede detectar la justicia en la investigación del atentado a Cristina, es que finalmente Bullrich aceptó, al menos por ahora, dejar de mostrarse con quien hasta hace pocas semanas era su principal armador político.

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1 comentario

JUAN 1 diciembre, 2022 at 12:04 pm

ESTOS DOS SON LOS RESPONSABLES DEL ATENTADO Y TAMBIEN ALONSO

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