En horas de la mañana, como sucedió hace un par de semanas en Berazategui, el juez Federal del Tribunal Nº1 de Quilmes, Luis Armella, el “Bonadio bonaerense” dejo encerrados a los trabajadores de la Municipalidad de Florencio Varela, como parte de una denuncia política contra el intendente Julio Pereyra.
Efectivos de la Prefectura y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) ingresaron esta mañana a la sede municipal, en busca de documentación vinculada con la denuncia que semanas atrás efectuó la diputada nacional Elisa Carrió por desvió y malversación de fondos públicos, enriquecimiento ilícito, defraudación fiscal y evasión.
Lo sucedido hoy en Florencio Varela es parte de un plan sistemático para castigar a los intendentes que no acepten las decisiones del gobierno nacional y provincial, especialmente aquellos que se pusieron a la cabeza de los vecinos para presentar amparos contra los tarifazos.
Desde hace un tiempo hay acoso judicial contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, contra el ex gobernador Daniel Scioli y recientemente allanaron el municipio de Berazategui.
Paralelamente hay un ataque feroz contra el poderoso municipio de La Matanza donde Cambiemos no puede hacer pie. Por otro lado, hace un mes fueron por el intendente de Ensenada Mario Secco.
El jefe comunal había decidido comprar 10 nuevos patrulleros para la policía y el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, decidió rechazarlos. Secco llamó a una conferencia de prensa con el apoyo de legisladores nacionales y provinciales y ante el escándalo de dejar a una ciudad sin seguridad, Ritondo decidió recular y aceptar los patrulleros.
El presidente ha sido claro en los últimos días, según reveló el diario Infobae, cuando expresó que “el año que viene nos empernamos a todos”, pero antes deberá hostigar a todos los referentes del peronismo, especialmente los intendentes que no sean dóciles. Ya no quedan dudas: van por todo el peronismo bonaerense.