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La Plata
26 abril, 2024
PAÍS

Macri, enojado con la realidad: cuanto más firme intenta mostrarse, más débil está

“Estoy dispuesto a hacer lo que sea. Pero les juro que ésta no me la van a ganar”. Así, sin disimular su enojo ante una realidad que lo golpea, Mauricio Macri se dirigió a sus más estrechos colaboradores, al referirse a lo que pueda pasar mañana cuando todos los indicios marcan que el proyecto que busca poner un freno a los tarifazos, pueda convertirse en ley en el Senado.

Consciente de que lleva todas las de perder, el presidente ordenó que hay que seguir insistiendo hasta último momento con los gobernadores del “peronismo dialoguista”, para torcer el voto de aquellos senadores que anticiparon su voto a favor de la iniciativa que desvela al Gobierno.

Mientras tanto, cerca de Macri admiten que, a la luz de las repercusiones negativas, no fue la mejor decisión el tono elegido en el discurso de ayer, en el que lisa y llanamente lanzó una extorsión pública a los legisladores, para que “no se dejen llevar por las locuras que impulsa Cristina”, exigiéndoles que no voten el proyecto opositor que busca ponerle un techo a las subas de los servicios públicos.

“Nos salió el tiro por la culata”, reconocen, sobre todo a partir de la reacción de los senadores del peronismo que salieron a responder las críticas del mandatario, a las que no dudaron en calificar como  “provocativas”, y destinadas a “generar conflicto”, por lo que, en definitiva, Macri evidenció un signo de debilidad política, más allá de haber intentado mostrar la imagen de alguien que, con firmeza, enfrenta los problemas que lo acucian.

Y, como si fuera poco, en los despachos de la Casa Rosada también admiten que, como un ‘efecto boomerang’, lo que logró Macri con su discurso fue agrandar la figura de Cristina Kirchner.

Esa debilidad es el reflejo sobre cómo al presidente lo superan las circunstancias: mientras las encuestas sobre su gestión van de mal en peor –lo que se refleja en un malhumor social que no deja de crecer-, se acumulan los problemas, que van desde la inoperancia del mejor equipo de los últimos 50 años para resolver cuestiones claves como la inflación, o las consecuencias que generará la aplicación de brutales ajustes una vez que se acuerde con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Mientras tanto, y como muestra clara de su desesperación, Macri se aferra –una vez más- a lo que pueda ocurrir en torno a la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman, con la idea de mover el eje de las preocupaciones.

Concretamente, la Justicia definirá en los próximos días si imputa a Cristina Kirchner como ideóloga de esa muerte. Que se investigue a la ex presidenta como autora intelectual de ese hecho es lo que pretende la madre del ex titular de la UFI AMIA, Sara Garfunkel, quien la semana pasada, en una audiencia en la Cámara Federal porteña, insistió con la hipótesis del “magnicidio”. Y, claro, es también lo que busca Macri.

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