“¿Y, qué va a hacer finalmente?”; “¿Será o no será candidata?”; “¿Le conviene o no al gobierno”? Falta un año para las elecciones presidenciales, y sin embargo éstas son las preguntas que desvelan tanto al Gobierno de Mauricio Macri como a los referentes del llamado “peronismo racional”, y tanto a unos como a otros los desespera el silencio de Cristina Kirchner.
Es que, aunque no lo admitan públicamente, este panorama -que se asemeja a una especie de juego de las escondidas- les genera un vacío que no pueden llenar, y por lo tanto están pendientes día tras día de lo que haga o deje de hacer la ex presidenta, para de esa manera actuar en consecuencia.
Mientras las encuestas registran que ella sigue subiendo, tanto en imagen como en intención de voto, es cada vez más evidente cómo CFK altera los nervios de quienes están esperando que confirme si será o no candidata. Y como no podría ser de otra manera, los grandes medios también se suman a este juego.
Es bien sabido que en el territorio bonaerense es donde Cristina aparece mejor instalada, lo que genera no pocas tensiones dentro y fuera del peronismo. Por eso mismo, para gran parte de los intendentes del PJ, y en particular los del Conurbano, las cuentas sobre posibles candidaturas consideran en primer lugar la intención de voto de la ex presidenta en sus distritos, por lo que la posibilidad de tomar distancia, inclusive para sus críticos, depende sin embargo de esa ecuación.
Y en cuanto al gobierno, cerca de la ex presidenta preguntan, con un dejo de ironía, después de todo qué le cambia a Macri y compañía si ella es o no es candidata, sobre todo teniendo en cuenta que ya la jubilaron y dieron por muerto al kirchnerismo tantas veces.
Está claro que al hablar permanentemente de Cristina, para bien o para mal, la estrategia del Gobierno apunta a que la necesita en el centro del ring, porque discutiendo sobre ella, pasan a un segundo plano las cuestiones centrales que tienen que ver con la vida de los argentinos, como la inflación o el desempleo, por ejemplo.